Barbra.El sábado por la noche después que salgo del trabajo me dirijo a la pastelería de siempre. Hoy es el cumpleaños de mis padres, los cuales nacieron el mismo año y el mismo día. Razón de pensar que son un amor para toda la vida. Nacieron para procrearme y vivir juntos hasta que mueran. Aunque no estoy en Alaska, todos los años les canto cumpleaños frente a mi laptop. Ellos saben que por mi trabajo no puedo viajar, es por eso que sin falta los días de su cumpleaños hago este tipo de detalles y en las navidades las paso con ellos. —Quiero uno de chocolate con fresas por encima, y que tengan un toper que diga feliz cumpleaños —explico para él chico castaño ojos verdes, quien me observa con atención desde el mostrador.Él chico asiente una sola vez y sin quitarme los ojos de encima vuelve hablar.—¿Color del toper, señorita Barbra? —refiere interrogativo y eleva sus cejas aun sin apartar su mirada.—Lo quiero de color... —desvío mis ojos a otra parte, pensado un color adecuado—. Na
Barbra.—¿Para qué me traes?Travis mira al frente.—Porque antes de ir lo que en realidad te traje, debo ver una partida de Póker que me conviene. Por supuesto que no te voy a dejar en el auto o deambulando en la parte de abajo. Después de todo te pedí que vinieras conmigo ¿No?—¿Cuanto apostaste? Digo, si vienes hasta este salón es por ese motivo ¿O me equivoco? —lo observo con atención.Arrastra sus ojos hasta los míos—Aposté 2.2 millones de dólares —expresa con tranquilidad.Levanto las cejas —Joder, ¿te estorba el dinero?Tarda en responder, pero segundos después lo hace.—Acepto que soy bueno. Desde muy pequeño se jugar cualquier juego que conlleve a ganar dinero. Mi padre me enseñó. Así que sé como funciona, aún así he perdido algunas, y si hoy o cualquier otro día lo hago, los recupero cuando la casa le gané la mayoría de los que apuestan y juegan en este lugar —hace una pausa y deja salir una sonrisa maliciosa—. Recuerda la casa siempre gana, y ser él dueño no esta tan mal. D
Barbra. En silencio miro como Naomi se gira y exhibe para mi, su vestido de bodas. Sólo lo vi en fotos y verlo de cerca lo hace ver mejor que en teléfono. Este es un modelo es ceñido al cuerpo y de encaje, con cuello redondo y sin hombreras, es muy sencillo. Me había comentado anteriormente que no le gustan las cosas tan exageradas. Pero se ve hermoso. Solo faltan unas pocas horas para que de el si en el altar. Y está colocándose el vestido nuevamente. Se nota en su expresión lo insegura que está. No la culpo, en estos casos los nervios se apoderan de la mujer. —¿Qué tal? —inquiere para mi mientras me observa con rostro interrogativo. —Se te ve hermoso —sonrío, mirando detalladamente su vestido blanco. —Es para ti, amiga. Hecho sólo para ti —acota, Scarlett quien está a mi lado y también mira el traje de la hermosa novia. —Cariño, no puedes decir, ¿qué tal? —espeta Ric, quien se acerca hasta ella y sujeta su mano—. Si escogiste el vestido, debes usarlo con esa sanción diva, hermo
Por el camino escucho una canción de rock que sintoniza la radio y trato de mantener los ojos puestos en la carretera. Cuando logro llegar tranquilamente bajo del auto y me adentro por la puerta trasera en donde puedo ver a mis queridos compañeros de trabajo en su labor y a Amy, ya que ella es quien quedó haciendo la suplencia a la jefa de cocina. —Señorita Evans, estoy dirigiendo todo como usted me lo indico —refiere mirándome algo nerviosa. Se me es imposible no mirar con atención y detallándome la cocina. Y también noto como algunos se enfocan en mi vestido Champagne de dama de honor. —Si, está bien. No te preocupes —espeto mirándola—. Jon y Travis, ¿se encuentran? —Soló el señor Masson quien acaba de llegar y el señor Jon salió hacer unas cosas —informa Amy. —¿No ha venido nadie más? —No —niega. Pero justo en ese momento, veo como el señor Frank entra a la cocina luciendo uno de sus tantos trajes elegantes. Es de un color verde el cual lo lleva acompañando con una linda c
Travis. Apenas estaba cayendo el ocaso entre las nubes y los miles de edificios de la ciudad. Se puede ver el Sol reflejarse en sus impecables ventanales. Antes que la camioneta se detenga, miro el edificio que compré ya hace unos meses atrás. Es el nuevo hotel con restaurante, que está todavía en proceso de arreglo. Será lanzado próximamente y también será uno de los más prestigiosos de la ciudad. Bajo de la camioneta y miró con atención la hermosa fachada con cristales de espejo en tonos dorado. Llama mucho la atención y será el único con ese modelo. Me encamino en dirección a la puerta. Allí se encuentra mi querida secretaria Leila. Viste sus típicos pantalones de vestir color negro, con una camisa blanca y su cabello rubio recogido. Debo admitir que le combina con sus anteojos negros. —Señor Masson. Que bueno verlo por acá —refiere con una sonrisa amable. —¿Cómo ha estado todo, Leila? —empujo la puerta de vidrio color dorado y de inmediato siento el sutil aroma a nuevo y a pin
Travis.En se momento las puertas del ascensor se abren y sin perder el contacto físico. Sujeto sus trasero y Barbra de un impulso enreda sus piernas en mi cintura. Mientras sus labios me besan y sus dedos ágiles comienzan a desbotonar mi camisa. Al llegar a la habitación la bajo y veo como se aleja de mis labios. —¿No veníamos hablar? —abre mi camisa de golpe. Tuerzo mis labios. —Por supuesto que lo haremos —refiero, terminando de quitar mi camisa y la miro deshacerse de su vestido, dejando ver su cuerpo totalmente desnudo—. ¿Acaso nunca usas ropa debajo? —inquiero sacando el sobre de un condón y quitando mi pantalón, luego mi bóxer. Dejando relucir mi amigo ya elevado. Esta mujer me enciende en segundos. Da un paso cerca de mi —Cuando voy a bailar no —desliza una sonrisa traviesa. —Dato interesante. Y aviso que ya eres dueña de mi sucia mente al saber eso —veo que sonríe de medio lado. Camino hacia ella, entrelazo los dedos entre su cabello y la atraigo para besar sus labio
Barbra. Antes de irme acomodo la correa de Nutella en su cuello. Como en el día no estoy en casa, decidí aceptar la propuesta de Bibi, la hija de mi vecina. Un día escuché que tocó a mi puerta y me dijo que daba el servicio para pasear mascotas a cambio de un buen pago. Así que desde el día de hoy le pagaré para que saque a pasear a la pequeña Nutella. No tengo tiempo por las mañanas y mucho menos lo tendré por la noche. No esta demás que camine y juegue al aire libre. Han pasado algunas semanas y durante estos días me han estado mostrando el set de grabación y las tareas que debo hacer. Ya hablé con Frank y llegamos a un acuerdo. Así que ya firmé el contrato y también he estado en un curso para sobre llevar la situación al momento de hablar y cocinar. Por los momentos estoy preparando a Amy, para que me cubra los días que no puedo asistir. Justo en ese momento escucho que tocan a la puerta. Agarro mi bolso y sujeto la correa de Nutella, quien comienza a caminar junto conmigo. Deci
Barbra.Tres meses después.—Es todo por hoy, Barbra —escucho la voz de Dante el director.Me alejo del espacio que contiene la hermosa cocina cómoda completamente blanca, con electrodomésticos de ultimo modelo y negros. La cocina tiene todo lo que necesito. No me falta nada y es en donde acabo de grabar el ultimo episodio de la temporada del programa.De inmediato veo que se acerca Britney. Entre sus brazos carga a Nutella, seguramente acaba de llegar de su paseo. Razón de usar este día un pantalón de licra y una camiseta grande. Al detenerme cerca de ella, enseguida agarro a Nutella quien al verme comienza a menear su cola de un lado a otro con alegría, y lame mi cuello.—¿Como te portaste, Nute? —refiero, acariciando su pelaje color chocolate.Simplemente la veo moverse con frenesís y lanza un ladrido.—Tenga señorita, Barbra — Britney me entrega una botellita de agua.He estado tan llena de trabajo que Jeff la consiguió para mi y la contraté para que el estrés no me inunde