CAPÍTULO 34

CELOS E IRA

Esa mañana Neck amaneció dispuesto a avanzar en cuanto a la lista de su abuelo. Si no sé concentraba en eso, llegaría el día de la boda y él no habría llegado a cumplir el cincuenta por ciento de lo contratado por su abuelo.

Así que con la idea fija en cumplir la condición número tres de la lista, tomó el papel para leer la exigencia de su abuelo.

Aprender a tocar la guitarra. En homenaje al ya fallecido Paris Kronos.

Neck recordó el sentimiento que lo embargo la primera vez que leyó ese paso. Aquello le había parecido una loca ironía de su abuelo, pero ahora pasado los días sabía que Ulises Kronos no daba puntada sin dedal, y si quería acercarlo al recuerdo de su padre, era en mayor medida por su deseo de reconciliarse con el pasado de ambos.

Su padre había sido un bohemio, un soñador, y como tal vivió su vida. Jamás le interesaron los negocios, pero si el dinero que acarreaba estos. Así que cada vez que pudo, viajo, disfrutó y vivió la vida al límite.

Para Neck, P
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