VINCENT DE OURIOL Fue una verdadera suerte para mi, él irme a meter a Mykonos, allí estaría muy seguro de lo sentimientos de querer matar a un ruso que me habían invadido después de aquella fiesta de compromiso. Cuando esa tarde mi mejor amigo me llamó esa tarde para decirme que nos íbamos de Londres, vi literalmente los cielos abiertos. Neck era la única persona que sabía de la causa de que qué yo no quisiera estar en Paris, y él podía entenderme. Ya había pasado un mes de aquel compromiso, y yo de Ivette solo sabía que se había ido a Rusia, tras su romántico prometido, cosa que sin dudas me hacía querer beber como él más borracho de los marineros de puerto de Mykonos. El abuelo de Neck era un excelente compinche, y había resultado ser un buen compañero de ocio. Juntos pasábamos horas interminables, bebiendo en el jardín siempre que a Neck no se le ocurriera algún plan de gallardía para conquistar a la guapísima Mila, su vecina y crush platónico de toda la vida. Los meses sigui
CAPÍTULO 4 VINCENT DE OURIOL Solo sabe el diablo que pone en la mente de los borrachos, para infringirle ese temerario valor. Cuando despego el avión con destino a Paris, aun no caía en cuenta en que me había dejado enredar por Ulises Kronos. Si es que ese viejecito endemoniado, era mucho más peligroso que Neck a la hora de ingeniar el futuro, y Neck como estratega ya era un tipo del cual cuidarse. Lo último que recuerdo antes de dormirme borracho como un perro a bordo del jet, fue de la voz del viejo magnate recordándome que me obsequiaría su avión más moderno si me sinceraba con mi amor de siempre. —«Si con el pazguato de Nickolau funcionó, no va a ser distinto contigo»— esas palabras de Ulises hicieron conexión en mi cabeza, y así, sintiéndome bastante inseguro de como seguiría el plan, aterrizamos en Paris. Eso de sencillamente aparecernos en casa de Ivette en medio de a noche y sin ser invitados me sonaba a total locura, pero como estaba como una cuba, no le di importancia
VINCENT DE OURIOL “Había una vez un pobre piloto, heredero de un importante ducado de Francia, que se le ocurrió la genial idea de enfrentar con sus puños a un ruso gigantón”Eso sería la versión poética… sin embargo los titulares de los periódicos dirían algo como:… “Muere Vincent de Ouriol, único heredero del ducado DU OURIOL tras ser molido a golpes en pelea en areopuerto…”—No hay forma de que esto sea más sencillo— me asegura Ivette cuando por fin pone el coche en marcha. No es que sienta miedo, porque después de amanecer con ella estoy dispuesto a cualquier cosa, pero el recuerdo que tengo del Rusosky, es que es una mole de músculos de casi dos metros de altura.—¿No consideraste buscarte un futuro esposo más bajo?— bromeé con ella que me miró constrariada.—¡Prométeme que no le pegaras!— pidió un poco asustada por lo que pasaría en un rato. La entendia, comprendía que para ella tenía que ser difícil romper semejante compromiso a los ojos de toda su familia, la del nov
VINCENT DE OURIOL Los días que siguieron aquel suceso en el areopuerto, solo los puedo catalogar como «exquisitamente difíciles». Exquisito porque si, Era un sueño cumplido estar en los brazos de la mujer que amaba, y con la que deseaba pasar el resto de mi vida; pero sin dudas el escándalo que se desató sobre nosotros tenía la magnitud y la fuerza de un gran y devastador Tsunami. Mi madre, la duquesa de Ouriol , casi dió gritos de alegria cuando súpero la impresión de verme la cara morada por los puños de Sergio, pero estaba inmensamente feliz al saber que tendría a Ivette como mi futura esposa, y con una boda en puerta, solo el escándalo posterior impidió que mis padres aplaudieran y dieran una fiesta con toda la alcurnia de la sociedad parisina. Pero como decía, no puedo decir que después de aquel día, las cosas fueron fáciles para nosotros en absoluto. El compromiso fallido de la heredera de los Cavalli, y su reciente noviazgo con un heredero a un ducado, era como mierd@ para
Después de seis meses de luna de miel, Ivette y yo regresamos a nuestro hogar en Mykonos. Habíamos disfrutado de nuestro viaje alrededor del mundo y estábamos felices de regresar a casa, juntos y enamorados como nunca antes.Nuestra casa de dos plantas era perfecta para nosotros, con una vista impresionante del horizonte de Mykonos al atardecer y un ambiente cálido y acogedor. Si bien la pequeña Villa no se podía comparar en tamaño con la de los Kronos, era un sitio agradable, moderno, y con toques hogareños. Antes de regresar, me había asegurado de que todo estuviera en orden y listo para nuestra llegada. Ivette estaba encantada con el lugar y estaba emocionada de comenzar una nueva etapa de nuestra vida juntos en nuestro nuevo hogar.La vida después de la luna de miel seguía siendo maravillosa. Ella y yo nos habíamos casado en una ceremonia íntima con nuestros amigos y familiares más cercanos, y ahora éramos oficialmente una pareja casada después de dos años de estar conviviendo ju
“A DIEZ SENCILLOS PASOS DE TI ” No se equivocaba su abuelo en pensar que Nickolau necesitaría un doctor para leer aquel documento. Porque ciertamente lo haría. Cuando Neck empezó a leer los pasos su abuelo se quedó a la expectativa de disfrutar su momento. Aquello sería tan divertido como el mejor show de comedia. Era solo cuestión de esperar que llegara al punto en donde… Ulises sonreia de lo lindo, a fin de cuentas… le estaba haciendo un favor al pequeño cobarde. Un favor que lo dejaría multimillonario y casado con la mujer que siempre había deseado desde las sombras. Porque había que reconocer que el muchacho nunca había sido capaz de declararse como se suponía que se hacía. «Muchacho estupido» pensó Ulises y negó con la cabeza mientras Nickolau repasaba cada palabra de lo que acababa de leer para tratar de descubrir en qué parte de todo aquello estaba la trampa. Finalmente Nick comenzó a leer los “pasos” o pautas que había recogido el equipo de abogados de su abuelo. Pasos
ENTRADA FALLIDAEl vuelo con destino a Mykonos fue corto, y Nickolau sentía que se podía comer las uñas ante la expectativa de toparse de frente con su amor imposible de la adolescencia. Ese que se había obligado tantas veces a olvidar. Temía que ver a Mila Papadakis de frente despertara las llamas de un fuego que él se había encargado de extinguir hacía ya mucho.También le preocupaba demasiado la salud de su abuelo, era su único familiar vivo, de ahí la importancia de sacarlo de esa crisis de su salud.En Londres sin duda le darían la mejor atención médica posible, no es que dudara de la capacidad de los médicos de Grecia, pero Londres poseía hospitales con última tecnología en el campo de la neurociencia.El piloto del jet privado tuvo que sacar sus mejores cualidades para aterrizar en la pequeña pista privada de los Kronos en la que Nickolau se empeñó en aterrizar, ya que esta estaba mucho más cerca de la Villa de su abuelo, que la pista privada del centro de Mykonos.—Con otro
" Solo serán unos días"Nick aún no se calmaba, al contrario, a cada segundo que pasaba se sentía cada vez más como un idiota. Vaya ridiculo había hecho frente a ella, frente a Mila. Su abuelo no importaba, pero ella…Ella no le sostuvo la mirada ni un segundo, como si él no valiera nada. Y obviamente la popo de gallina no ayudo con la entrada que había pensado que haría, durante todo el viaje en avión,Antes tenía problemas de autoestima gracias a su físico, pero esos temas estaban superados, y sin necesidad de un psicólogo. El gimnasio hizo su magia, y gran parte de sus complejos desaparecieron con sus rollitos abdominales.¡Ah! Pero tenía que reconocer que con Mila era todo muy distinto.Se quitó como pudo aquella ropa arruinada, y una mucama del piso le había pasado una gran bolsa de plastico para que pusiera en ella todo lo que deseaba desechar de lo que lleva puesto… y lógicamente lo quería desechar todo… hasta los bóxers.Incluso sacó del antes finísimo portafolio el computado