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A.D.N Rolling
A.D.N Rolling
Por: Mary Ishakov ❤️
Ni en un millón de años

No sé cuánto tiempo llevaba de pies mientras observaba como un montón de pomposo ejecutivo, ególatras discutían entre si de algo que en lo personal no entendía nada pero que al parecer era sumamente importante para ellos, suspire cansada, me sentía sofocada y harta ¿Porque precisamente hoy me puse una falda tan pegada al cuerpo?, sentía que me estaba cortando la maldita circulación, me sentía como una sardina enlatada y lo más divertido de esto, era que ya era una sardina que dentro de pocos meses ya iba estar caducada. Miró a todos lados para dejar de estar tan aburrida hasta que me encuentro con los ojos de mi maravilloso jefe y nótese mi sarcasmo, Jayce Maximiliano Rolling, hijo de la gran fortuna Rolling Salvatore, este niño mimado y déspota es heredero de uno de los casinos más grande y prestigioso en toda Europa y con más 10 sucursales no solo en Europa, sino en todo Latinoamérica, y Estados Unidos. El Rolling Casino, sus ojos me observan con burla ante mí incomodidad  y me hace una seña para que me acerque a él.

- ¿Se le ofrece algo señor? - le habló de la manera más formal del mundo.

- Puedes pasarme el sobre amarillo que tienes entre tus manos y otra cosa, podrías sonreír estas causando mala impresión, pareciera que estas cansada – susurra con naturalidad mientras sonríe como si nada.

¡A este hombre yo lo mato lo juro!

- ¿Qué? - susurre lo más bajo que puede, aunque claro estaba súper indignada. - ¿Acaso crees que soy tu payaso de circo?

- ¡Hazlo Charlotte Moretti!, ¡es una orden de tu jefe! - sonrió de manera amable.

¡Uyy, como odio que diga mi nombre completo con ese aire soy mejor que tú te lo recuerdo!

Me fui de su lado y volví a mi lugar y empecé a sonreír como idiota para complacer a mi descerebrado jefe rogándole a Dios, Buda, Gandhi o a cualquier persona o entidad divina para que esto se acabara pronto.

.................

-Puedes irte Charly Darly - sonrió de manera arrogante mientras se aflojaba su corbata.

-Sabes que odio que me digas así. - Lo mire de manera fulminante deseando su muerte.

-Ohhhh vamos, cuando estábamos en primaria amabas que te dijera así, antes eras un terrón de azúcar ¿acaso ya no me quieres como antes?, mi amada secretaria. - hizo un leve puchero.

-Tú mismo lo acabas de decir cuando estábamos en primaria, ahora no, así que por favor deja de fastidiarme. - Tome mis cosas y me fui de ese lugar hasta que escuché de nuevo su voz.

- ¡Nos vemos Charly Darly!

¡Lo odio!

Llegue a mi apartamento cansada, me lanzo al sofá tirando mis llaves quien sabe dónde después las buscaría como loca mañana pero ahora eso es lo de menos, siento una lamida en mi mano derecha, me enderezo y veo a mi gata bolita, me siento feliz de que no esté aruñando mis medias para que obtenga algo de su atención, acarició su cabeza y me levantó a buscar su comida, le doy su comida y busco algo para mi hasta que escucho que alguien toca mi puerta. Me levanto y camino de manera lenta hasta que abro y veo una cabellera rubia.

-Loren te lo juro no estoy de humor, hoy tuve un trabajo de la puta madre así que lo único que menos quiero es salir.

Loren es mi mejor amiga de la secundaria, es una gran fotógrafa profesional desde preparatoria dijo que iba ser fotógrafa y no iba seguir el sueño de sus padres de ser una gran abogada de renombre como ellos, casualmente y por obra del maldito destino ella es prima de nada más ni nada menos que Jayce ósea mi jefe.... gracioso ¿no?

-Dime, ¿que hizo Jay ahora?, porque si te volvió hacer un informe de 50 páginas te juro que le iré a patear las bolas. La última vez esquivo el golpe.

- ¿Que?, ¡claro que no!, aunque pensándolo bien no sería una mala idea, no. Es eso hoy estuve una junta casi todo el día y estoy muerta y mañana tengo que viajar a los Ángeles con él.

 Me siento de golpe en el sofá y los cojines amortiguan mi caída libre a lo que Loren me observa de pies a cabeza.

- ¿Rolling te llevara de viaje?, dime que no está metido en drogas, ¿Desde cuándo te lleva de viaje?, pensé que llevaría a su otro asistente la pechugona copa C.

-Renuncio desde que su marido vio mensajes subido de tonos entre ellos, tú sabes todo el mundo caen ante el encanto Rolling.

- ¿Y a ti no te gusta? – Me sonríe con picardía. - Es apuesto, tiene dinero, habla 7 idiomas, podría ser tu Sugar Daddy o tu abuelito - Ríe divertida mientras toma una botella de agua de la refrigeradora - Ambas opciones no estarían tan mal, además tú no eres tan fea Charlie, solo deberías peinarte un poco más este pelo rizado, y pintarte los labios y usar tacones alto porque eres algo baja, pero eres hermosa.

- ¡Ohh por Dios gracias por tus buenos comentarios! - dije sarcástica. - ¡Claro que no me gusta!, nunca me ha gustado además es un idiota, mujeriego, sabes cuantas mujeres han entrado a su oficina y no precisamente hablar, porque al juzgar por los golpes y gritos no discuten de trabajo, jamás estaría con él ni en un millón de años.

-Pero te gustaba cuando éramos niños.

-Cuando éramos niños tú lo acabas de decir y si trabajo para él es porque no tenía opción mama estaba enferma y créeme la prostitución no estaba entre mis planes, además  tú sabes más que nadie que mi familia cayo en la ruina después que mi padre huyera dejándonos con un sinnúmero de deudas y no me pagaban bien en los diferentes trabajos que tuve necesitaba el dinero para que atendieran a mí mama  en buen hospital, aunque ella falleció, además aunque no quiera aceptar gano muy bien con él y punto.

Sonrió divertida y se levantó.

-Tú dices eso, pero las cosas podrían ser diferente.

- ¿Qué quieres decir?

- ¡Nada! - acaricio a mi gata y sonrió de manera despreocupada típico en ella. - solo te deseo suerte en tu viaje y si cuidare a tu gata, Cristopher y yo la cuidaremos como si fuera nuestra propia hija.

-Gracias, eres la mejor no sé qué haría sin ti, te prometo traer el nuevo álbum de Sam Smith

La acompañe hasta la puerta y sonrió.

- ¡Suerte en el viaje y usen condón! - grito

Tire la puerta y me tape la cara, acaso está loca Loren jamás estaría con ese engendro del mal ni hoy ni nunca, aunque todo podía pasar.

 

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