Axel y Sasha corrían lo más rápido que sus piernas lo permitían. Axel arrastraba a su hermano por el bosque, esquivando los árboles con dificultad sobre el terreno pantanoso después de la lluvia. Habían cometido el peor error de toda su vida.
Habían pensado que todos los hermanos estaban juntos en esta causa, en salvar a su madre de las garras del alfa. ¡Qué ilusos! La traición dolía y más cuando era la primera vez. Aún no habían salido de la conmoción de ver las circunstancias en que estaba el anterior líder de su manada cuando volviendo a sus alcobas habían visto a su hermano mayor y primogénito de los cinco, Matías. Al igual que su padre, los ignoraba y si podía humillarlos lo hacía, así había sido enseñado. Era tan fiel a su padre que daba asco verlo, pero seguía siendo su hermano e hijo de aquel omega.
Esa noche las cosas se habían salido de control, decirle al lobo que sabían dónde estaba su madre, buscando su apoyo, había sido un error. No habían terminado la frase y los había dejado con la palabra en la boca desapareciendo por el pasillo, ignorándolos como siempre. Entonces cinco soldados arremetieron contra ellos. No querían imaginar que su hermano formaba parte de la agresión. No podía ser tan vil con su propia familia.
Lograron escapar a duras penas por una de la puertas traseras sin poderle decir nada a Fallen o a Laira. Tenían que salir de allí y pedir ayuda a la única persona que sería capaz de acabar con toda la tragedia, antes de perder el cuello.
No se habían adentrado muchos metros en los perímetros de la Manada de Plata cuando tres lobos habían saltado sobre su espalda y llevado hacia donde su alfa y magnate, los condenaría o salvaría.
***
La puerta de la oficina de Dante se abrió dejando pasar a su gemelo, con un aspecto desgastado y marcadas ojeras debajo de sus ojos. El alfa le hizo sentarse y le brindó un vaso con un trago y se recostó en el borde de la mesa.
-Alfa tengo noticias importantes para usted, no va a creer lo que descubrí-quedó en silencio, bebiendo el trago y buscando las palabras más certeras para informar al líder.
-Dispara-le ordenó con premura.
***
Axel miraba su plato de comida y no le apetecía probar un bocado. ¿Su madre tendría comida, pasaría frío, tendría una cama para dormir? Nunca lo había conocido, ni siquiera tenía idea de lo que era el calor maternal, pero algo en su interior anhelaba estar al lado de ese lobo desde que habían estado delante de aquella puerta. Su cachorro interior se sentía intranquilo, queriendo volver a esas catacumbas y arañar la puerta hasta poder atravesarla y sabía que su hermano menor se sentía igual. Sasha no era de los que expresaba sus sentimientos a menos que fuera alguien de mucha confianza, para él era un libro abierto. Sintió su mano sobre el hombro y lo miró. Tampoco estaba comiendo. Aquellos habían sido dos días muy difíciles.
Los pasos acercándose a la habitación los puso alerta y levantaron la mirada para encontrarse con el alfa y su beta.
-Ustedes y yo tendremos una larga conversación, así que pónganse cómodos- Dante se sentó en el sofá delante de ellos y cruzó las piernas. Frunció el ceño al ver sus platos intactos.
-Me informaron que no han querido consumir nada desde que llegaron -le espetó mirándolos fijamente.
No recibió respuesta y prosiguió
-A lo que íbamos, he estado pensando en la propuesta que me hicieron- los cachorros enderezaron su espalda tensa. Ya tenía toda su atención- Mandé a uno de mis lobos de confianza a infiltrarse en su manada y vaya sorpresa me he llevado. ¿Quién diría que hay una Revolución formándose en un régimen tan rígido como el de su gente? -calló estratégicamente, esperando una reacción que le indicara cuál sería la dirección que seguir.
-¿Cómo lo supiste?- Axel abrió los ojos con sorpresa. Solo habían pasado dos días y aquel lobo estaba informado de todo lo que se ocultaba entre las sombras.
-Mi personal tiene sus métodos. De paso, me dijo que les entregara esto a ustedes- el alfa disfrutaba observando el desconcierto de los hermanos.
Su beta caminó hacia ellos y les entregó una carta. Sasha quitó el sobre y leyó el papel estrujado con la letra de su hermano Fallen. Al terminar tragó en seco y le entregó la misiva Sasha.
Los cachorros estaban en un conflicto. Aquel lobo era más peligroso de lo que aparentaba. En tan poco tiempo había desmembrado un secreto fuertemente guardado por su padre y su camarilla y como decía la carta, había hecho movimientos para lazarse con el resto de los miembros de la manada. Fallen les pedía que hicieran lo que estuviera en sus manos para ayudar al alfa, que depositaran su confianza en él. Se alegraba de que estuvieran bien después de su desaparición. Aunque las cosas estaban agitada entre su gente, luego de que alguien mencionara la acción de los cachorros al alfa padre.
-He mandado un mensajero para concretar los últimos detalles para el supuesto golpe de estado que tu hermano está planeando -prosiguió Dante
-Así que la final nos crees- Sasha apretó el papel en su mano soltando un suspiro, relajándose después de días de tensión- Gracias alfa Dante, no sabemos cómo devolverle el favor-el tono de su voz reflejaba un profundo agradecimiento.
-¿Favor?- se acomodó más en el sofá- Nunca dije que mi ayuda fuera gratis-sonaba engañosamente relajado.
Los chicos se paralizaron. Ya sabían que en la vida las cosas no siempre resultan tan fáciles.
-No me miren así, arriesgaré a los miembros de mi manada, tendré que convencer al Consejo y además no recibir nada a cambio. No me subestimen cachorros. No soy alfa por gusto -sonrió sincero.
-Recibirá nuestra manada- dijo Sasha como algo lógico. Si un alfa retaba a otro y ganaba, su familia pasaba formar parte de él. ¿No?
-Eso lo sé, pero no es suficiente -miraba a uno y a otro joven causándoles inquietud.
Ellos no sabían que responder, que más querían, no podían dar más nada, sus manos estaban vacías.
-Mencionaste que su madre era la antigua reina y el único omega puro de sus lobos- los chicos asistieron temiendo lo que venían- En ese caso...lo quiero a él -concluyó.
La puerta se abrió dejando pasar un leve destello de luz que se esfumó con la misma velocidad. El lobo adentro levantó la cabeza con tanto esfuerzo que abrir los ojos fue toda una proeza. La imagen ante él le repugnó tanto, que sintió náuseas aún más intensas que las que ya tenía. Sus garras comenzaron a romper la piel de los dedos mientras sus colmillos se agrandaban.Soltó un rugido utilizando toda su fuerza para llegar hasta la persona y desgarrarle la garganta. Su cuerpo comenzó la transformación, sin embargo los grilletes oxidados alrededor de sus muñecas y tobillos le cortaron la circulación y rompieron la piel. El dolor recorrió su cuerpo como brazas de fuego, cayendo de rodillas y jadeando sin fuerza.Una sonrisa triunfadora cruzó los labios del alfa que se arrodilló y apartó el cabello sucio del demacrado rostro de su espos
Dimitri leía la carta que le había llegado a sus manos. Como hermano gemelo del alfa y Comandante de la manada, tenía más responsabilidades de las que quería en su vida. Su hermano tenía menos tiempo que él, así que no tenía derecho de quejarse, incluso ahora sabía que estaba planificando bien el golpe que darían a la Manada Gris.Se pasó la mano por su corto cabello alborotándolo. Estaba agobiado con los nuevos sucesos. ¿Qué demonios pensaban aquellos lobos? Encerrar a un omega. Y uno de sangre pura para concluir. Acaso no sabían que eran tan extraños como los lobos albinos. Con la capacidad de reproducirse en grandes cantidades, sus cuerpos eran lo suficientemente resistentes para soportar dar a luz el triple de veces que una loba común, que solo obtenía su celo cada 100 años. ¿Qué lobo no quisiera múltiples c
Años atrás.Fallen dejó a Axel y Sasha en sus respectivos aposentos después de pasar horas intentando que se comportaran como cachorros decentes. Su padre había dado órdenes explícitas de que no quería nadie dentro de la mansión esa noche y al no poder sacarlos a ellos, los habían confinado en sus habitaciones antes de que el sol se ocultara.Sus hermanos menores adoraban sacarlo de quicio y que los regañara, llamando su atención en todo momento. No podía negar que eran adorables cuando hacían eso y siempre terminaba sonriendo y dándoles un be
Dante se alzó en toda su altura volviendo a su imagen humana. Miró a los cinco lobos ante él y asintió con la cabeza para que el líder de estos copiara su misma acción. Fallen dudo un poco y se transformó más lentamente, quedándose arrodillado en el suelo con la cabeza gacha, su largo. cabello chocolate cayó sobre su espalda y hombros cubriendo también su expresión facial. Mirar a los ojos a un alfa que no era de la manada era considerado una ofensa fatal y Dante podía desgarrarle la garganta con solo pensarlo.-¿Las condiciones están preparadas?-la autoridad emergía en el aire.
Dante soltó un potente jadeo. Aquella pelea se había tornado intensa. Tal vez no lo suficiente para cumplir sus expectativas, pero si para sacarle el aliento. El alfa de la Manada Gris no era débil a pesar de su aspecto, estaba muy bien entrenado y su fuerza no era para sobrevalorar. Aun así él llevaba ventaja.Había atacado varias veces al cuello logrando arrebatarle la cadena, dejándola caer en las patas de Fallen que ahora la cuidaba con su vida, aunque en el proceso había ganado varias heridas en su pecho y patas delanteras. Ahora ambos volvían al inicio, uno frente al otro mostrando sus colmillos cubiertos de saliva burbujeante.Fallen retrocedió hasta donde el beta estaba, sentía la tensión en el ambiente y la presión le costaba respirar. Cuando dos machos alfas se retaban los lobos más débiles podían sentir su poder.La pelea volvió a ret
Edgar, el doctor jefe de la Manada de Plata revisaba a su paciente con el ceño dolorosamente fruncido mientras pronunciaba maldiciones mudas de vez en vez.-¿Cómo está?- Dante se mantenía en la distancia, ansioso, sin noticias desde hacía buen rato.-Ahora no alfa, déjeme terminar mi trabajo- soltó más brusco de lo que pretendía, desechando su ira contenida -Por favor salga -pidió más tranquilo, después de todo se estaba dirigiendo a su alfa.Dante solo asintió con la cabeza y salió de la habitación para encontrarse con el rostro amargado de Fallen y Ryan, que a pesar de las vendas en su cuerpo, había insistido en estar ahí.No se molestó por el tono de Edgar. El lobo le llevaba casi 300 años por encima, incluso había ayudado a traerlo a este mundo y sabía que reaccionar de aquella forma, era indicio de
Los tres lobos lo miraron suspensos.-Su condición es terrible incluso para tratarlo. Por el estado de su cuerpo debe haber sido alimentado dos veces al año a lo sumo, su piel está llena de laceraciones y heridas, algunas muy infestadas y otras muy recientes, al no comer era imposible que pudiera curarse por sí solo. Sus muñecas y tobillos están ulcerados gravemente casi hasta el hueso como consecuencia del óxido de los grilletes que ha atacado el tejido de alrededor. Sus sentidos están tan afectados que tuve que poner una solución especial sobre sus ojos para intentar dilatar la pupila y que al menos pueda ir recuperando la vista paulatinamente, por el momento estará casi ciego- cada palabra quitaba el color en el rostro de los lobos. En sus vidas habían escuchado tanto daño en un solo ser- Lo que más me preocupa es el estado hormonal de este omega-culminó el galeno con ot
Lobezno, era solo un lobezno. Dante se repetía una y otra vez mientras veía el cuerpo acostado muy diferente al que tenía que tenía en la mente. Era verdad que había cumplido la mayoría de edad y que ahora era madre de cinco cachorros; eso no quitaba que ante los ojos de los de su raza aún era muy joven, cuando se consideraba que un lobo era realmente adulto después de los 150, aun si la mayoría de edad era a los 50 años.Dimitri lo estaba mirando, en buen problema se habían metido. Un día era un alfa solitario, sin la esperanza de una familia y ahora tenía a 5 cachorros y casi uno a su cuidado. Su hermano tenía una mirada de que Tú querías cachorros, ahora no te quejes.-¿Y cuál es el método?- Ryan volvió a hablar con el doctor como si no le importara otro problema que salvar a su reina.-Necesita sangre de alfa-fue categ&o