Capítulo 12 ¡A vivir debajo de un puente!Felipe y Eugenia regresaron al salón de la mansión, donde el ambiente era tenso y la incertidumbre flotaba en el aire.Daniela estaba sentada en el sofá, cuando los vio venir se levantó. Los niños cerca de ella hicieron lo mismo, sus rostros reflejando una mezcla de temor y confusión. Las gemelas, que hasta hacía poco reían y jugaban, ahora parecían pequeñas sombras de lo que eran, mientras Fabián mantenía la mano apretada de Daniela.Eugenia, con la mirada fija en la escena, sintió un remolino de emociones. Se acercó a Felipe, bajando la voz, como si temiera que alguien pudiera escucharla.—No estoy segura de todo esto, Felipe —le dijo, su tono cargado de preocupación—. No creo que esto sea lo mejor para nosotros. ¡Esto es una locura!Felipe soltó un suspiro, impaciente.— ¿Y qué opción tenemos, madre? —respondió, su voz firme—. Dejar que ella viva sin consecuencias no es una opción. Esta es tu oportunidad de sacarte de encima tanta angustia.
Capítulo 13 Ese hombre es malo —Dani, este hombre es malo. No me gusta que te grite. Puedo ayudarte a ganar dinero, yo trabajaré —Fabián insistió, su voz temblando de frustración. — ¿Te das cuenta de lo que haces? ¡Estás poniendo a los niños en mi contra!, le reclamo Felipe a Daniela. —Eso lo has hecho tú solito —replicó Daniela mientras iba hacia la puerta, sintiendo que la impotencia la ahogaba. —Recuerda que firmaste un acuerdo de confidencialidad. Habíamos hecho un trato. — le decía él mientras la seguía. —Eso lo hice creyendo que hacía lo mejor por mis niños. Incluso aceptaría humillaciones y me arrodillaría delante de tu madre para pagar por mis pecados, o mejor dicho, por el pecado de haberme enamorado de tu padre. Pero si hubiera sabido que nos meterías en esta porquería, no firmo nada, esto es menos que una limosna, estaríamos mejor en un basurero. ¡Nunca debí sacarlos del pueblo! — ¡Espera! Escucha, en verdad no sabía que esto estaba así. Hace tiempo que no estoy aquí…
Capítulo 14 ¿Volveremos algún día a nuestra casa?—Mateo, estoy en la ciudad, ahora mismo mi vida es complicada, ya te lo dije, nuestra relación termino. Te volveré a llamar en cuanto pueda.Mateo la escuchó en silencio, y luego dijo: —Si necesitas ayuda, solo dímelo. Cuentas con mi apoyo.—Lo sé, gracias. Pero ahora tengo que concentrarme en los niños.Colgó el teléfono y tomó una respiración profunda, encontrándose con la dura mirada de Felipe.—No olvides tu posición y lo que le debes a mi madre. Te daré una tarjeta bancaria para que hoy mismo le compres ropa decente a los niños, compra algo para ti. Coman algo primero, al terminar yo mismo los llevaré. Comprenderás que aquí no puedes vestir como acostumbras para seducir a los hombres y no se te permitirán visitas de ningún hombre, ni siquiera puedes verlos por fuera mientras vivas bajo este techo.—Enviaré a alguien traer comida, también a traer alimentos para ti y los niños. pronto vendrá la mujer que se encargará de Renata, mie
Capítulo 15 Un niño de mami Daniela no salía de su asombro. Al otro lado, frente a una tienda de lujo, vio a Eugenia, siendo agredida por otra mujer imponente. Eugenia solo se llevó la mano a la mejilla mientras la mujer continuaba gritándole y golpeándola en el rostro. —Dani, tenemos que ayudarla —dijo Fabián. —Fabián… tú… Daniela no se atrevía a acercarse con los niños. El espectáculo había atraído a muchas personas, y todos estaban simplemente mirando. Ella sintió temor de llevarlos hasta allí, pero no podía quedarse mirando sin hacer nada. Se acercó rápidamente, indicándole a Fabián que cuidara de las gemelas y que no se alejara mucho de ella, pero que no se metiera entre la multitud. Solo se le ocurrió darle su teléfono y le ordenó: —Busca el número de Felipe y dile que venga de inmediato. Veré qué puedo hacer. Fabián la miró por un instante y luego observó a la señora que lloraba. Asintió y tomó el teléfono. Daniela se acercó a la escena y gritó: — ¡Déjenla en paz! Ese
Capítulo 16 ¿Quién es ese niño? Felipe llegó al hospital con el rostro tenso y apenas consciente del mundo que lo rodeaba. Lo único que le preocupaba era su propia madre, nada más.Hablo con la asistente de Eugenia, y aunque se notaba que ella estaba preocupada, su rostro permanecía impasible.Cuando entraron al área de urgencias, encontró a su mamá allí con el rostro hinchado y amoratado, los ojos visiblemente adoloridos, y una expresión de agotamiento profundo.Felipe no dijo nada por un momento, solo se quedó mirando a su madre, como si temiera que, al acercarse, pudiera hacerle más daño.Eugenia, al notar su parálisis momentánea, ajusto las sábanas de la cama. Entonces Felipe se acercó, con el rostro más sombrío.—Mama ¿Qué ocurrió? ¿Cómo pudo pasar esto?—Estoy bien hijo. Se ve peor de lo que es… ella también se llevó unos cuantos golpes, le indico con furia.Eugenia observó a su hijo con él ceno fruncido.Felipe presionó la mano de su madre con más fuerza, una fuerza que, por p
Capítulo 17 ¡Eres una desconocida!Fabián contempló a la mujer reconociéndola como la mujer que golpeo a la mamá de Felipe. De inmediato puso el mismo gesto altanero que el de ella.—Déjeme pasar. Mi mamá me dijo que no debo hablar con extraños.— ¡Respóndeme que eres tú de Eugenia!— ¡Déjeme ir, no la conozco! ¿Qué quiere de mí?—Niño malcriado. ¡Responde a lo que te pregunto y te dejaré ir!Lo que no previo, Lucy, fue lo que siguió a continuación.Fabián comenzó a gritar a todo pulmón, su voz resonando en el pasillo del centro comercial. La gente a su alrededor se detuvo, mirando con curiosidad y alarma. — ¡Auxilio, secuestradores! ¡Esta señora me quiere secuestrar! ¡Auxilio! ¡Ayuda! ¡Me quieren secuestrar!— sus gritos eran tan estridentes que hicieron que Lucy retrocediera un paso, sorprendida por la reacción del niño.Los ojos de Fabián brillaban con determinación, haciendo lo que Daniela le había indicado en el caso de que se encontrara en una situación de peligro. La actitud de
Capítulo 18 ¿Intentas seducirme? Después que se llevaron a la mujer, Daniela camino hasta donde estaba Fabián reflejando una gran preocupación en su expresión Su rostro estaba pálido, y su mirada reflejaba una mezcla de confusión y miedo.—Fabián, lamento haberte descuidado ¿qué fue lo que ocurrió? —preguntó, acercándose a él con la voz suave y calmada, tratando de tranquilizarlo.El niño respiró hondo, intentando organizar sus pensamientos.—Cuando salí del baño, esa mujer no me dejaba pasar. Me preguntó si era hijo de Felipe —dijo, su voz temblando ligeramente. —No la conozco. Me dio miedo.Daniela frunció el ceño, sintiendo una punzada de inquietud en su estómago. Se preguntó que pretendía esa mujer.— ¿Qué más te dijo? —insistió, tratando de mantener la calma.—Solo me miró de una manera rara, me sentí incómodo y le grité —respondió Fabián, alzando la voz con un toque de desafío—. Entonces, ella comenzó a hacerme preguntas y comencé a gritar como me has dicho tú y mama.—Hiciste
Capítulo 19 Esa mujer da miedo Daniela lo miro con furia, el imponente hombre tenía la habilidad de sacarla de quicio, haciendo surgir la necesidad de luchar contra él y no dejarse intimidar. — ¿Quién quiere seducirte? ¿Estás loco? Si por mí fuera, me gustaría tenerte a kilómetros de distancia —preguntó Daniela, sorprendida por la insinuación de Felipe. —Una pregunta, ¿hasta cuándo consideras conveniente que esté al servicio de tu madre? —replicó, manteniendo la mirada fija en él. —Hasta que crea que has pagado todos tus pecados o hasta que me canse de verte a diario —respondió Felipe, con una mirada desafiante. —Eso será si no me canso antes —dijo Daniela, cruzando los brazos con frustración, lo que atrajo la atención del hombre hacia sus senos. Aun así, y luchando con la imperiosa necesidad de mirar su exquisita figura, él le replicó. —No tienes derecho a cansarte. Eres una mujer sin moral ni vergüenza. Esta es la manera de pagar tus pecados. Además, no tienes los medios económ