Capítulo 15 Un niño de mami Daniela no salía de su asombro. Al otro lado, frente a una tienda de lujo, vio a Eugenia, siendo agredida por otra mujer imponente. Eugenia solo se llevó la mano a la mejilla mientras la mujer continuaba gritándole y golpeándola en el rostro. —Dani, tenemos que ayudarla —dijo Fabián. —Fabián… tú… Daniela no se atrevía a acercarse con los niños. El espectáculo había atraído a muchas personas, y todos estaban simplemente mirando. Ella sintió temor de llevarlos hasta allí, pero no podía quedarse mirando sin hacer nada. Se acercó rápidamente, indicándole a Fabián que cuidara de las gemelas y que no se alejara mucho de ella, pero que no se metiera entre la multitud. Solo se le ocurrió darle su teléfono y le ordenó: —Busca el número de Felipe y dile que venga de inmediato. Veré qué puedo hacer. Fabián la miró por un instante y luego observó a la señora que lloraba. Asintió y tomó el teléfono. Daniela se acercó a la escena y gritó: — ¡Déjenla en paz! Ese
Capítulo 16 ¿Quién es ese niño? Felipe llegó al hospital con el rostro tenso y apenas consciente del mundo que lo rodeaba. Lo único que le preocupaba era su propia madre, nada más.Hablo con la asistente de Eugenia, y aunque se notaba que ella estaba preocupada, su rostro permanecía impasible.Cuando entraron al área de urgencias, encontró a su mamá allí con el rostro hinchado y amoratado, los ojos visiblemente adoloridos, y una expresión de agotamiento profundo.Felipe no dijo nada por un momento, solo se quedó mirando a su madre, como si temiera que, al acercarse, pudiera hacerle más daño.Eugenia, al notar su parálisis momentánea, ajusto las sábanas de la cama. Entonces Felipe se acercó, con el rostro más sombrío.—Mama ¿Qué ocurrió? ¿Cómo pudo pasar esto?—Estoy bien hijo. Se ve peor de lo que es… ella también se llevó unos cuantos golpes, le indico con furia.Eugenia observó a su hijo con él ceno fruncido.Felipe presionó la mano de su madre con más fuerza, una fuerza que, por p
Capítulo 17 ¡Eres una desconocida!Fabián contempló a la mujer reconociéndola como la mujer que golpeo a la mamá de Felipe. De inmediato puso el mismo gesto altanero que el de ella.—Déjeme pasar. Mi mamá me dijo que no debo hablar con extraños.— ¡Respóndeme que eres tú de Eugenia!— ¡Déjeme ir, no la conozco! ¿Qué quiere de mí?—Niño malcriado. ¡Responde a lo que te pregunto y te dejaré ir!Lo que no previo, Lucy, fue lo que siguió a continuación.Fabián comenzó a gritar a todo pulmón, su voz resonando en el pasillo del centro comercial. La gente a su alrededor se detuvo, mirando con curiosidad y alarma. — ¡Auxilio, secuestradores! ¡Esta señora me quiere secuestrar! ¡Auxilio! ¡Ayuda! ¡Me quieren secuestrar!— sus gritos eran tan estridentes que hicieron que Lucy retrocediera un paso, sorprendida por la reacción del niño.Los ojos de Fabián brillaban con determinación, haciendo lo que Daniela le había indicado en el caso de que se encontrara en una situación de peligro. La actitud de
Capítulo 18 ¿Intentas seducirme? Después que se llevaron a la mujer, Daniela camino hasta donde estaba Fabián reflejando una gran preocupación en su expresión Su rostro estaba pálido, y su mirada reflejaba una mezcla de confusión y miedo.—Fabián, lamento haberte descuidado ¿qué fue lo que ocurrió? —preguntó, acercándose a él con la voz suave y calmada, tratando de tranquilizarlo.El niño respiró hondo, intentando organizar sus pensamientos.—Cuando salí del baño, esa mujer no me dejaba pasar. Me preguntó si era hijo de Felipe —dijo, su voz temblando ligeramente. —No la conozco. Me dio miedo.Daniela frunció el ceño, sintiendo una punzada de inquietud en su estómago. Se preguntó que pretendía esa mujer.— ¿Qué más te dijo? —insistió, tratando de mantener la calma.—Solo me miró de una manera rara, me sentí incómodo y le grité —respondió Fabián, alzando la voz con un toque de desafío—. Entonces, ella comenzó a hacerme preguntas y comencé a gritar como me has dicho tú y mama.—Hiciste
Capítulo 19 Esa mujer da miedo Daniela lo miro con furia, el imponente hombre tenía la habilidad de sacarla de quicio, haciendo surgir la necesidad de luchar contra él y no dejarse intimidar. — ¿Quién quiere seducirte? ¿Estás loco? Si por mí fuera, me gustaría tenerte a kilómetros de distancia —preguntó Daniela, sorprendida por la insinuación de Felipe. —Una pregunta, ¿hasta cuándo consideras conveniente que esté al servicio de tu madre? —replicó, manteniendo la mirada fija en él. —Hasta que crea que has pagado todos tus pecados o hasta que me canse de verte a diario —respondió Felipe, con una mirada desafiante. —Eso será si no me canso antes —dijo Daniela, cruzando los brazos con frustración, lo que atrajo la atención del hombre hacia sus senos. Aun así, y luchando con la imperiosa necesidad de mirar su exquisita figura, él le replicó. —No tienes derecho a cansarte. Eres una mujer sin moral ni vergüenza. Esta es la manera de pagar tus pecados. Además, no tienes los medios económ
Capítulo 20 Ahora pretendes quitarme a mi hijoSin esperar respuesta, Felipe salió disparado hacia la puerta de la habitación en dirección hacia donde se escuchó el grito. Le pareció que los gritos venían de la casa de huéspedes ¿Estaban los niños en peligro? Al abrir la puerta, un escalofrío recorrió su espalda al ver a Daniela de pie, con una expresión de preocupación, mientras las gemelas lloraban abrazadas a Fabián.— ¡Daniela! —gritó, acercándose rápidamente—. ¿Qué pasó?Daniela se volvió hacia él, sus ojos llenos de ansiedad y lágrimas. Su cabello estaba mojado y parecía que había salido muy rápidamente, pues llevaba solo una bata que se le pegaba a su cuerpo. Estaba de rodillas revisando a una de las gemelas.—Ángela salió al jardín un momento y se cayó mientras jugaban. No sé si se lastimó mucho, pero está muy asustada —respondió, con su voz temblorosa y sus ojos llorosos.Felipe se arrodilló junto a las gemelas, su mirada fija en Ángela, que sollozaba con desesperación. Con s
Capítulo 21 Recuerda tu posición en esta casaLa niña fue atendida en la emergencia del hospital. Felipe, sin tener la más mínima noción de lo que hacía, sostenía la mano de Ángela mientras los médicos evaluaban su lesión. La pequeña se mostraba muy asustada en los brazos de Daniela, y su llanto había resonado en el automóvil durante el trayecto.—Todo estará bien, Ángela —le decía Felipe, intentando infundirle calma mientras ella miraba a su alrededor con ojos grandes y asustados. Su cabello estaba desordenado, y su vestido arrugado, pero lo que más le preocupaba era la expresión de dolor en su rostro.Finalmente, un médico apareció con una sonrisa tranquilizadora.—Hola, Ángela. He escuchado que te has portado muy valiente. Vamos a revisar esa rodilla, ¿de acuerdo?La niña asintió, aun con lágrimas en los ojos, agarrando fuertemente la mano de Daniela. Mientras el médico revisaba a la niña y le tomaban una radiografía. ella se culpaba a sí misma por cada queja de la pequeña niña. Nu
Capítulo 22 Siempre seré la señora de OrtizDespués de vestirse apresuradamente, Daniela se dirigió a la cocina para preparar el desayuno que Eugenia había ordenado.Mientras batía los huevos y tostaba el pan, pensaba en cómo cada día se convertiría en una lucha por cumplir con las expectativas de la señora de la casa.A pesar de sus esfuerzos, Eugenia nunca parecía satisfecha. Cada pequeño error provocaba una reprimenda, y la ansiedad aumentaba con cada nuevo requerimiento.— ¿Por qué no hiciste el desayuno como te pedí? Esto no sirve, me quieres envenenar —exclamó Eugenia—Esto no es lo que quería. Necesito algo más nutritivo, más variado. ¿Es que no puedes hacer algo bien?Daniela sintió que su corazón se hundía. Sin poder contener las lágrimas, se esforzó por mantener su control.—Lo lamento, señora. Lo haré mejor la próxima vez.Pero Eugenia no parecía dispuesta a escuchar. Se dio media vuelta, murmurando algo sobre la incompetencia del servicio.Justo en ese momento, el teléfono