Esa mujer me ha estado mintiendo

Capítulo 51 Esa mujer me ha estado mintiendo

Esa noche, la mansión de los Ortiz estaba envuelta en un silencio tenso, interrumpido solo por el suave murmullo del viento que atravesaba el jardín.

Felipe, aun con la preocupación marcada en su rostro, regresó con Eugenia del hospital. Aunque lo que Eugenia tenía solo era un esguince, se quejaba tanto como si fuese a morir pronto, no permitiendo que Felipe se alejara de su lado.

Georgina, siempre vigilante, se acercó solícita a Eugenia. Su expresión era preocupada.

— ¿Cómo se siente, señora? Desea cenar o algo de beber. Yo misma se lo prepararé—preguntó con un tono de preocupación y nerviosismo.

Eugenia se dejó caer en el sofá, sintiendo que el dolor en su pie era más leve. —Estoy bien, solo es un esguince. —balbuceo, recordando a Fabián. Ver a ese niño le hacía recordar no solo la traición de su marido, también su parecido innegable, era como volverlo a ver de nuevo.

—Señora, no debería permitir que ese niño se le acerque. Es un peligro
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