30 de Febrero
30 de Febrero
Por: pally carrasco
Capítulo 1

Alexandra 

4 años atrás….

Hoy por fin seré la Sra. Smith, amaba a Rames, hemos sido novios desde que yo tenía 15 años, y ahora que tenía 22 y había terminado mi carrera de negocios internacionales, siendo la mejor de mi clase, y no había otra cosa que me hiciera más ilusión, ya nos podíamos casar, ya que esta siempre fue la condición de mi padre.

Salgo de mis pensamientos cuando unos golpes en mi puerta me indican que es mi madre. — Levántate Alexandra, hoy es el día de tu boda. — dice entrando a mi dormitorio y con solo la mención de esas palabras hacen que dibujen una sonrisa en mi cara.

Hoy, era el día de mi boda, me levanto y antes de empezar a prepararme llega mi mejor amiga, ella es mi hermana la que la vida no me dio, desde el jardín de niños nos hicimos amigas y jamás nos hemos separado.

Ella si bien no se lleva con mi prometido porque lo encuentra falso, pero si yo soy feliz ella lo compartirá.

Y yo realmente era feliz. O ESO CREÍA.

Ya terminada mi ducha un mensaje de mi madre me informa que debo ir al despacho de mi padre a sacar de la caja fuerte un collar que mi abuelita me dejo para cuando me casara, como todos andaban vueltos locos de un lado a otro yo decidí ir por él, ya que mi padre debía ir, pero le salió un improvisto en la empresa.

Salgo de mi habitación en donde será la ceremonia y la fiesta, cabe destacar que vengo de una familia de mucho dinero, pero mucho y renombre a nivel mundial.

Así que decidí hacer mi boda en una de las haciendas que mis abuelos me heredaron. Bueno, ya me perdí de lo que estaba contando.

Anastasia llega a mi lado, así que le pedí que me acompañara.

Vamos Ann, debemos ir a la casa principal a buscar el collar de mi abuela. Le voy diciendo mientras la tomo de la mano para irnos.

—Ahí va a estar la pesada de tu hermanita, sabes que no la soportó-dice mi hermana de otra madre.

Le pongo mi mejor carita de perrito triste, y no le quedo más que aceptar y subir al carrito que nos llevaría. Al ir pasando por todo el terreno veo que todo está tal y como lo tenía planeado desde que mi amorcito me pidió matrimonio, llegamos a la casa y la puerta de entrada está cerrada, así que vamos por la cocina, y si, como siempre está abierta y sin seguro.

Te das cuenta de que tu mamá siempre cierra la puerta y las otras las deja abierta, ella es rara hija, ojo hay. — comenta mi amiga.

Entramos y un silencio nos recibe, hasta que unos sonidos de lo que sabemos muy bien de que son, escuchamos el sonido de la voz de Anastasia, mi hermana menor de 17 años recién cumplidos y nuestra curiosidad nos ganó y decidimos ir con celular y todo en mano para grabar y tener algo con que chantajearla, para que nos deje tranquila la muy perra.

Así que decidimos subir a la planta de arriba e ir a su habitación, mientras nos acercábamos la voz de Rames se hizo más clara. Y en ese momento una frase hizo que mi corazón se quebrara.

—Sabes por qué me caso con ella gatita. - le dice el muy maldito hijo de su madre.

—Lo sé, pero eso no quiere decir que no me duela, verte en el altar con ella.

—Tranquila mi amor, una vez que nos casemos la haré sufrir y obligarla a que me firme el divorcio y poder tener un futuro contigo mi gatita y después haré que ella me firme un poder por la herencia de tus abuelos, y que me devuelva lo que es de mi familia y después hacerle la vida imposible, solo tendremos que esperar un tiempo y todo listo.

Me divorcio de ella, recupero lo mío y me caso contigo mi gatita, y nuevamente se siente el ruido de la cama y los quejidos de mi hermana y mi novio, Ann por la abertura de la puerta tendió su celular y grabo todo. En ese momento un dolor profundo se coló por mi alma.

Mis pies están anclados al piso y su conversación sigue entre ellos.

—Si ella supiera que todas tus noches son mías, no puedo creer que no se haya acostado aún contigo. La muy ingenua quiere llegar virgen al matrimonio. Si mi hermanita supiera que tú me quitaste mi pureza a los 15 años.

Mi sangre se congeló como si me hubieran tirado un balde con hielo, los que me han estado viendo la cara todos estos años son mi hermana, y mi prometido. Ambos burlándose de mí, él no me amaba, jamás lo hizo, solo quería el dinero de mi familia.

No lo puedo creer, como nunca me di cuenta, mi amiga Anastasia había escuchado lo mismo que yo y no solo eso, había grabado todo, busca mi mirada esperando mi reacción.

No sabía si estaba en una pesadilla, pero lo único que hice fue salir de ahí, con mi amiga detrás de mí.

Gracias a dios ellos ni se percataron de nuestra presencia y Salgo corriendo sin hacer ruido.

Ale espera— me llama Ann corriendo detrás de mí tratando de hacer el menos ruido posible, pero yo no escuchaba nada, mi cabeza estaba hecha un mar de pensamientos, uno más cruel que el otro. Solo sus voces hacían eco en mi cabeza, sus risas y esas palabras marcadas de maldad.

Cuando estamos ya fuera de la casa me toma del brazo y me abraza. En ese momento un golpe de realidad me golpea, pero porque sí se encama con mi hermana, porque casarse conmigo.

Rames no me amaba, estaba conmigo por el dinero de mi familia y de algo más, como pude haber estado tan ciega y no darme cuenta.

Nos subimos al carrito nuevamente, pero ella va conduciéndolo esta vez, yo solo repito una y mil veces que debo hacer ahora, se supone que hoy, en unas horas, debía ser el día más feliz de mi vida y ahora estaba sumida en la más profunda tristeza.

La voz de mi amiga me volvió de pronto a la realidad. —Son unos hijos de puta, como pudieron hacerte esto, no te lo mereces— me decía, mientras manejaba rumbo a la casona, no supe ni en qué momento entre en el carrito, ni cuando lo puso en marcha.

— ¿Qué voy a hacer Ann?

— ¿Qué debo hacer? Mi amiga me mira, pero no fue lástima lo que vi en su mirada, sino perplejidad.

—No pensarás seguir adelante con la boda, ¿verdad Alex? —pregunta mi amiga.

—Claro que no, pero no puedo permitir que se burlen así de mí, y quedar como la novia estúpida, no quiero que sientan lástima por mí cuando esto se sepa.

—Pues que no se sepa entonces-dijo mi amiga, gire mi cabeza y la mire, no sabía cómo hacer eso, yo no pensaba casarme con Rames para que la gente no se enterara y no hablara de lo estúpida que fui, pero tampoco pensaba dejar que ambos se salieran con la suya.

El pensar en su teatrito de hombre enamorado de mí, porque la verdad lo sé no soy una modelo, más bien soy la típica chica que pasa desapercibida, aunque muchos me dicen que solo no me valoro y que no me sacó provecho, que soy linda, pero que debo de arreglarme más.

— ¿Y… qué sugieres hacer entonces? —pregunta ya con un poco de miedo.

—Darle donde más le duele, en su orgullo. - me mira sin saber a lo que me refería.

—No te entiendo, explícate, sabes que sin mis pastillas para el tdha no soy muy rápida.

—Dejarlo plantado, y exponer a la perra de mi hermana, y que el mundo arda, me presentaré a la boda, y cuando me toquen decir mis botos los mandaré al diablo.

Pero mis padres, mis hermanos que van a decir A ellos todo esto los matara, si bien no quedaremos en la quiebra, sabes que mi madre pegara el grito En el cielo porque su niñita de oro fue capaz de hacer algo así, ya después les puedes hablar con ellos y estoy segura de que te entenderán —dice mi amiga muy tranquila.

Y tiene razón la m*****a de mi hermana siempre fue una perra en miniatura, siempre fue mi matona personal solo por sufrir de heterocromía.

Cuando solo faltan treinta minutos para que mi mundo arda, Ann ya tiene todo listo saco mis cosas y documentos más importantes del dormitorio y ella tiene los suyos, porque siempre tuvo esa fijación de tenerlos con ella todo el tiempo, y bueno, en esta ocasión por dios que es útil.

Llamo a mi hermano Alejandro, Gustavo y Omar. Cuando entran me miran y se preocupan por mi rostro, antes que lleguen a mí les pregunto si alguien sabía sobre el engaño de Rames; ale y Gus me miran, en ese momento me doy cuenta de que no saben nada.

Pero cuando miro a un lado veo a Omar, quien no me mira y por supuesto que lo sabe y sabe con quién porque dice un perdón que no se escucha, me acerco y mi mano aterriza en su rostro tan fuerte que casi cae al piso de no ser por el sofá en que se apoyó.

Escúchame, Omar jamás, pero jamás en tu puta vida me vuelvas a buscar. Para ti hoy yo morí.

Y tú explícales a mis hermanos que pasa.

Salgo de la habitación y mi padre me pregunta si me ocurre algo y yo solo le pido perdón.

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