Alut
- ¡Mamita hermosa! ¡Mamita! ¡No me dejes!
- ¡Maldita niña! ¡Cállate! ¡Déjame dormir!
Eva era la niña descuidada del vecindario al menos hasta que ya no siguió siendo la niña invisible.
La vida de Eva y su nueva familia marchaba bien, al menos hasta que, sin querer, un oscuro secreto salió a relucir, creando una gran incomodidad en aquella familia, haciendo que la chica fuera enviada a Boston.
- Eva, por fin has vuelto, ¿Por qué no me avisaste que venías a México? – Demian la inundo de preguntas a las que Eva no tenia respuesta.
- ¿Conociste a alguien? ¿Tuviste novio? ¿Hay alguien a quien deba ir y romperle las piernas?
- "¡Eres una maldita mosca muerta!" “¡Maldita huérfana!” “¿Qué vas a hacer cuando tus padres se enteren?” – Palabras escritas por su media hermana Sofía.
- ¡ES SOFÍA! ¡MI MALDITA HERMANA! Ella… Ella… Tiene mí, ¡MI DIARIO!…
Eva sintió una punzada en su pecho al ver cómo su madre y su padre le dirigían una mirada de entre incredulidad y molestia.
- Eva, ¿Tienes algo que decir sobre esto? – Preguntaban irritados los padres de Eva.
- Eva, ella es Melissa Mendoza, la prometida de tu hermano… - Dijo su padre alegremente.
Eva miró a la chica y sintió cómo la enterraban un cuchillo en el corazón, aquel cuchillo se le clavó más cuando Demian se acercó a la bella mujer esbozando una amplia sonrisa, la abrazó y la besó en los labios.
- Eva nos necesita, tal vez ella está estresada por la idea de que la rechacemos, nunca debimos enviarla lejos, es solo que los rumores eran demasiados y no queríamos que aquello también te afectara.
- ¡Eva, si serás, si serás! ¡Tú y tu bocotá siempre te mete en problemas!
- ¡Hola, Eva Díaz! Tanto tiempo si escuchar tu voz… - Dijo aquel apuesto caballero frente a ella.