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Todos os capítulos do Casado para destruirte: Capítulo 1 - Capítulo 4
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CAPÍTULO 1. Preludio.
Valentina Baeza está sentada al borde de la cama, rodeada por el silencio opresivo de una habitación lujosa en un hotel. Lleva puesto un vestido blanco que pesa más de lo que debería. Frente a ella, el espejo le devuelve la imagen de una mujer que no reconoce: ojos apagados, labios tensos y un corazón golpeando con fuerza en el pecho.La puerta se abre de golpe. No necesita girarse para saber quién ha entrado. Su presencia llena el espacio como una tormenta: Alejandro Ferraro. Su fragancia, una mezcla de alcohol y perfume caro, llega antes que él. Cuando se acerca, Valentina siente el calor de su cuerpo y la tensión densa en el aire.—Valentina... o mejor te llamo Señora de Ferraro —dice él con una voz burlona y cínica.Ella levanta la vista para encontrarse con la suya. Sus ojos marrones la escudriñan con una intensidad que la hace desear desvanecerse en la nada. Hay algo en él que la aterra y la atrae al mismo tiempo.Él se tambalea ligeramente al acercarse más; su aliento delata qu
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CAPÍTULO 2. Deuda peligrosa y traición.
***Flashback***Una semana atrásValentina llegó a casa con una sonrisa tenue en los labios y la cámara colgando del hombro. Aún le costaba asimilar que, por fin, era fotógrafa profesional; no porque dudara de su capacidad para lograrlo, sino porque el tiempo había pasado muy rápido. Aquel debía ser un día para celebrar… pero algo en el aire la puso en alerta apenas cruzó la puerta.Su padre estaba en el sillón del comedor, con la mirada perdida y un fajo de papeles en las manos. No los leía, solo los sostenía, como si su peso fuera abrumador.Dejó la mochila en la entrada y colocó con cuidado la cámara sobre la mesita, pero sus movimientos se volvieron lentos, casi automáticos, al notar el silencio tenso que llenaba la casa.—¿Papá? —dijo, acercándose—. ¿Estás bien?Andrés Baeza alzó la vista. Tenía los ojos hundidos, como si llevara días sin dormir. Dudó antes de hablar, pero al final soltó un suspiro largo y tembloroso.—Valentina, siéntate, por favor. Necesito hablar contigo.Ella
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CAPÍTULO 3. Sin salida.
Dos días antes del matrimonio.El aire en el lujoso edificio del Grupo Ferraro estaba cargado de una tensión palpable cuando Valentina cruzó el umbral de la puerta principal. El brillo de las paredes de cristal reflejaba su figura, iluminando su presencia como si cada paso que daba fuera una sentencia. Su cabello, un marrón claro que caía con suavidad sobre sus hombros, brillaba bajo las luces del lugar. Su silueta dejaba entrever la gracia con la que se movía, cada curva de su cuerpo resaltada por el ajuste perfecto de su vestido. La suavidad de su piel blanca, casi etérea, contrastaba con la dureza del lugar.Alejandro estaba allí, esperándola, con una mirada fría y calculadora. Sus ojos recorrían su figura con la calma de quien ya ha ganado una batalla y ahora disfruta del espectáculo. Cada paso de Valentina parecía acercarla más a su destino, y él lo sabía. Podía casi saborear la victoria en el aire, como si hubiera encontrado finalmente la pieza que le permitiría cobrar su veng
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CAPÍTULO 4. Primer día como Valentina de Ferraro.
El sol se cuela tímidamente por las cortinas cuando ella abre los ojos. Por un momento, permanece inmóvil, tratando de recordar dónde está… y entonces la realidad la golpea con la misma fuerza que la noche anterior. Ya no está en su habitación, en su casa, en la vida que conocía. Está en la cama de un lujoso hotel. Es la esposa de Alejandro Ferraro.Se incorpora con lentitud, sintiendo el peso de la noche en los músculos y en la mente. A pesar de todo, ha logrado dormir unas pocas horas, aunque el sueño ha sido ligero y plagado de pensamientos confusos. Se gira hacia el otro lado de la cama, donde él había estado, pero el espacio está vacío. Mucho mejor.Un suave toque en la puerta la sobresalta.—¿Puedo pasar, señora? Soy Ana. Estaré a su servicio de ahora en adelante —dice una voz firme pero amable.Durante un instante, ella no sabe qué responder. No quiere ver a nadie, no quiere hablar, no quiere fingir que todo está bien cuando en realidad su mundo se ha derrumbado.—No necesito n
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