Después de terminar la llamada, vi que la policía me hizo una señal negativa con la cabeza.No consiguió rastrearlo aunque mantuvimos la llamada activa en todo momento.Al girarme, me encontré a Roberto que pasaba justo por aquí, por lo tanto, había oído todo. Su rostro palideció: —Marta, ¿los tíos Manrique de verdad están secuestrados? Pero Gabi me dijo que todo era un invento tuyo...Estaba harta de explicarle todo y bastó solo con indicarle que le avisara a Gabriel. Miré el reloj con gran ansiedad. Para Daniel, un hombre adinerado, no le tardaría tanto tiempo hacer una transferencia de un millón.No soporté más y lo volví a llamar. —Marta,—él se me anticipó, suspiró y siguió sin dejarme hablar —no me va bien la mentira. Mira, a diferencia de otros miembros de los Manrique, José y Sofía siempre te han tratado bien, ¿no es así? Sentí lástima por ti y quise darte más cariño... Pero al final, te buscaste tu propia desgracia. Si no fueras tan mentirosa, ¿cómo iba un buen chico como Ga
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