-Primero, informaré a Óscar de mi decisión. Después te asignaré al lugar - se levantó, empujando la silla con las piernas - Volvamos a casa. Tu madre nos espera - Caminó de lado, saliendo tras el escritorio. Llegó cerca de Teo, levantó una mano. Teo se giró para que su padre pasara la mano a su hombro, dándole un medio abrazo - tienes que descansar antes de ir a estudiar. Cuando empieces a trabajar, ya no tendrás tanto tiempo libre. -Sí, lo sé - caminaron unidos. Sus cabezas estaban cerca, haciendo parecer que los cabellos negros de ambos eran uno solo - haré lo mejor que pueda, verás que soy capaz - el hombre estiró los labios, mostrando la blanca dentadura en una gran sonrisa. Al regresar a casa, su madre ya tenía listo el almuerzo, servido en la mesa. Ella estaba sentada, viendo hacia el balcón, esperando a que regresaran. Al escuchar sus pasos se giró. Sus gestos cambiaron de sorpresa a tra
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