57. LA HISTORIA DE MAT
Jacking se asoma de vez en cuando a la puerta de su casa y mira hacia la colina de la luna. Su lobo Mat lleva más de tres horas sentado inmóvil, contemplando la lejanía. Sabe que algo le preocupa, pero no quiere presionarlo para que hable, después de todo, son uno solo. La actitud de su lobo lo afecta y no le permite concentrarse. Por ello, decide ir a ver qué le sucede, se acerca y se sienta a su lado. —¿Qué te pasa, Mat? Llevas horas sentado ahí, en silencio. Vamos, confía en mí —casi le ruega mientras pasa una mano por su cabeza. Su lobo se deja acariciar sin mirarlo, hasta que se tumba a su lado, colocando su enorme cabeza en las piernas de su humano. Se queda así, recibiendo las caricias como si necesitara llenarse de valor. Luego vuelve a sentarse a su lado antes de resoplar. —Jacking, llevo tiempo debatiéndome entre contarte mi historia,
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