Capítulo 26. ¡Nunca la tendrá!
El alfa guía a Aria, sosteniéndola de la cintura para que se mueva sobre él. Al principio va lento, pero pronto aumenta el ritmo. Ella jadea, sus uñas se clavan en sus hombros y sus caderas se mueven con urgencia. La fricción es deliciosa, el calor insoportable. El sudor perla su espalda, su rostro y baja por su pecho, mezclándose con el de Kael.—No entiendo… ¿por qué me haces esto…? —balbucea Aria entre jadeos.Kael no responde. Solo la toma con más fuerza y la mueve de forma rápida con él, como si fuera suya. Porque lo es.Ella alcanza el clímax con un grito ahogado, temblando en sus brazos. Kael la abraza, aún dentro de ella, y la acuesta en la cama. La coloca boca abajo, la levanta por las caderas y la penetra de nuevo desde atrás, sin darle tiempo a respirar.Aria se siente flotar, sumergida en un océano de sensaciones imposibles de explicar. Cada embestida la lleva más alto, más lejos. Sus gemidos se vuelven más desesperados, y Kael tampoco se contiene. Su respiración es salvaj
Leer más