Luca miraba a Giulia, la mujer frente a él, con una cara que solo reflejaba preocupación y devoción. Giulia era la persona que siempre tenía en su mente. Los hombres tienen esa debilidad: cuando ven a una mujer frágil y bonita, su instinto protector de daddy a socorrer una princesa en apuros se despierta. Más aún cuando Giulia se parecía tanto a Sofia. Incluso si hubiera querido reconocer que era su culpa, su parecido con Sofia le impedía hacerlo. —Giulia, siempre has estado de mi lado. Giulia pensaba en él todo el tiempo, pero Clarissa… No solo coqueteaba con otros hombres, sino que, además, en la exposición de arte, se atrevió a humillar públicamente a Sofia y a Giulia, haciendo que su trabajo perdiera toda credibilidad. Como si fuera poco, ahora hasta se había mudado de la casa. El recuerdo de ese día, cuando Maxence le tiró agua con una botella, lo hizo molestarse. Pero, por ahora, necesitaban que Clarissa aclarara ante la prensa que no había problemas en su matrimoni
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