Eva se encontraba llegando a recepción del Grupo Mendoza, cuando vio a las personas que venían en su dirección. Tal como si el día no fuese lo suficientemente complicado ya, le faltaba la cereza del pastel.Alejandro, Melissa y, por supuesto, Demian, acababan de salir del ascensor y caminaban hacia su dirección.Melissa, acostumbrada a ser una chica efusiva, se abalanzó sobre Eva y la abrazó fuertemente, aquel incómodo acto, para Eva, fue una daga en el corazón.Si bien, desde anoche ya sentía una extraña emoción apoderándose de cada fibra de su ser, el ver al amor de su vida ir de la mano del amor de su vida, le partía el corazón y el alma.Alejandro, al notar la mirada de Eva, aclaro su garganta y dijo:- Señorita Díaz, la esperaba hace una hora, creía que ya no vendría a laborar el día de hoy, por lo que hice planes para comer con mi hermana y su futuro esposo, ¿Gusta unírsenos?Melissa soltó el abrazo y posó ambas manos en cada brazo.- Sí, Eva, debes venir con nosotros, sé que des
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