ANDY DAVISAunque lo consideré, supe que quedarme en el país era riesgoso. No podía asegurarme de que Ashford no se mantendría vigilándome como lo había hecho últimamente y presentar mi «curriculum» ante cualquier empresa era un riesgo para que me encontrara, si ya no por los niños, tal vez como venganza. Se notaba que era un hombre que no solía aceptar la derrota.Con el corazón en la mano y el miedo en la maleta, decidí que lo único que podía hacer era escapar del país, escapar de John, mi exesposo quien ya había anunciado su compromiso con Lynnet, hablando de ella como si fuera el amor de su vida y actuando como si yo jamás hubiera existido. Ya no tenía nada en este lugar, solo dolor. Necesitaba empezar de nuevo y París parecía un buen lugar.Dentro de un hermoso café con vista al museo del Louvre, revisaba en mi teléfono de algún departamento confortable donde poder vivir, y no podía evitar acariciar mi vientre. Imaginaba a mis pequeños creciendo mientras mi sonrisa se hacía cada
Leer más