Todos los capítulos de Embarazada por Accidente de los Mellizos de CEO: Capítulo 11 - Capítulo 14
14 chapters
Capítulo 11: Eres mía, Andy
ANDY DAVIS—Lo haces por ellos...—susurré, apenas capaz de sostener su mirada. Sus ojos eran los de un hombre que no veía fallas en sus argumentos, como si todo tuviera perfecto sentido y lógica.Apreté los labios y negué con la cabeza. ¿Eso era? ¿Un vientre para dar herederos? ¿No veían nada más en mí? ¿Mi valor se reducía a mi capacidad de dar hijos?Me sentí miserable. Parecía que cada hombre que cruzaba mi camino solo veía lo que mi útero podía brindarles, pero, al mismo tiempo, la rabia comenzó a acumularse bajo mi piel, latiendo al ritmo de mi corazón herido.—¿Por qué más lo haría? —preguntó Ashford desconcertado y entornando los ojos. —¡Suficiente! ¡No necesito esto! —exclamé furiosa, decidiendo salir del edificio con lo poco que me quedaba de dignidad—. Quédate con tu trabajo, quédate con tus prestaciones y todo lo que creíste que querría. —¿Vas a abandonar una oportunidad así de esa manera tan infantil? —preguntó divertido, cruzándose de brazos y esbozando una sonrisa odio
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Capítulo 12: Ellos ya no están
DAMIÁN ASHFORD—¿Señor? —preguntó mi ayudante después de tocar insistentemente a mi puerta. —¿Ahora qué? —Torcí los ojos, molesto, odiaba que me interrumpieran cuando más ocupado me encontraba. En verdad cumpliría mi amenaza, estaba acomodando mis asuntos a modo de que pudiera pasar más tiempo con Andy. Lo hacía con el fin de poder estar al tanto de mis hijos, cerciorarme de que ella estuviera comiendo bien y fuera a sus chequeos con el doctor, eso era lo único que me interesaba, estar pendiente de mis hijos… o eso era a lo que me aferraba.—Se fue… —susurró y entonces cada vello de mi cuerpo se erizó. Levanté la mirada hacia mi ayudante y este retrocedió intimidado. —¿Perdón? ¿Qué acabas de decir? —pregunté en un tono bajo, pero con la suficiente potencia para que entendiera que no estaba para bromas y que dependiendo de lo que dijera su cabeza podría terminar separada de su cuello. —La señorita Andy no se presentó a trabajar. Llamó el de recursos humanos y dijo que intentó comuni
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Capítulo 13: Sin poder sacarla de su corazón
ANDY DAVISAunque lo consideré, supe que quedarme en el país era riesgoso. No podía asegurarme de que Ashford no se mantendría vigilándome como lo había hecho últimamente y presentar mi «curriculum» ante cualquier empresa era un riesgo para que me encontrara, si ya no por los niños, tal vez como venganza. Se notaba que era un hombre que no solía aceptar la derrota.Con el corazón en la mano y el miedo en la maleta, decidí que lo único que podía hacer era escapar del país, escapar de John, mi exesposo quien ya había anunciado su compromiso con Lynnet, hablando de ella como si fuera el amor de su vida y actuando como si yo jamás hubiera existido. Ya no tenía nada en este lugar, solo dolor. Necesitaba empezar de nuevo y París parecía un buen lugar.Dentro de un hermoso café con vista al museo del Louvre, revisaba en mi teléfono de algún departamento confortable donde poder vivir, y no podía evitar acariciar mi vientre. Imaginaba a mis pequeños creciendo mientras mi sonrisa se hacía cada
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Capítulo 14: No hay nada como el amor maternal
DAMIÁN ASHFORDEl humo del cigarro se disipaba lentamente en la habitación mientras observaba la copa de whisky entre mis dedos. La luz tenue del despacho apenas iluminaba los bordes del cristal, reflejando la oscuridad que sentía dentro. Andy se había ido. No solo se había escapado… sino que ya no había motivo alguno para traerla de vuelta.Había perdido a los mellizos y tenía que ver una y otra vez el dictamen médico para poder creerlo.Esa noticia me había golpeado con más fuerza de la que quería admitir. Nunca imaginé que un día me importaría algo más que mi propio control sobre las cosas, pero cuando escuché sus palabras, cuando con esa frialdad me dijo que los había perdido, algo dentro de mí se quebró. No tuve más opción que dejarla ir. Ya no tenía derecho a retenerla a mi lado, a obligarla a quedarse cuando todo lo que le quedaba de mí era un vacío.Sin embargo, no podía dejar de pensar en ella. Era una tortura. Cada lugar al que iba, cada vez que me perdía en mis pensamiento
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