CAMILLE ASHFORDLa habitación se quedó en completo silencio, tanto que podía escuchar mis propios pensamientos como si los dijera en voz alta. ¿En verdad amaba a Lucien? Bueno, la respuesta era más compleja de responder que decir un simple sí o un no. Sí, lo quería, lo apreciaba y me sentía agradecida por todo lo que había hecho por mí y mi madre cuando no tenía a nadie más que me tendiera una mano, y en el fondo quería creer que, si él pudiera verme como lo que en realidad era: inocente, tal vez podría aflorar algo muy bonito. Además, era el padre de mi hijo, ¿no valía la pena que intentara esclarecer las cosas? De pronto me invadieron los escalofríos. ¿Me estaba convirtiendo en mi madre, estaba protegiendo al hombre menos indicado?, pero… ¿cómo se sabe cuál es el indicado cuando tu vida ha estado llena de patanes? Negué con la cabeza y coincidí conmigo misma que lo importante era demostrar mi inocencia y recuperar mi herencia, por el bien mío y de mi bebé. Lo que pasara después
Leer más