Luke sostenía la mano de Jane con firmeza mientras la camilla en la que yacía. Su piel estaba más de lo normal, y su respiración, aunque ya estable, era débil. A pesar de su propio miedo, Luke se mantenía fuerte para ella. Los médicos habían determinado que su estado requería atención más especializada de la que podían ofrecerle en la comunidad. La fiebre persistente, la debilidad extrema y la falta de mejoría hicieron evidente que debían trasladarla a un hospital mejor equipado. Después de una serie de llamadas, se organizó su traslado al estado de Washington, donde recibiría un tratamiento adecuado. Los padres de Jane estaban angustiados. Su madre, con lágrimas en los ojos, se aferraba al brazo de su esposo, quien trataba de mantenerse sereno, Luke insistió en ir con ellos. No pensaba dejarla sola a Jane ni por un segundo. —Tranquilo iremos todos quieren.— Dijo la madre de Jane.Se había dispuesto una avioneta para El traslado, el motor del avión rugió, y en pocos minutos, despeg
Leer más