PUEBLO DE CUBARÁ. —Doctorcita, nos alegra mucho que haya regresado, usted es un ángel para nuestro pueblo. —No digas eso, yo estoy muy lejos de ser un ángel, sólo soy una persona que conoce las necesidades del pueblo y quiere ayudarlos. —¿Durmió bien anoche? —Sí, bastante, extrañaba esto, despertar con el canto de los pájaros, la brisa fría de la noche, me encanta. —Me sorprendió su llamada por radio para avisarnos que estaba en Manaos, él lanchero salió emocionado a buscarla a Yamabé, la verdad no la esperábamos tan pronto, pensé que se iba a quedar un tiempo más con su familia. —Surgieron problemas, después hablamos de eso. —Le gustó la vivienda que le preparamos para usted. —Sí, está muy linda, gracias por las flores. —Las flores las trajeron los niños, de la orilla del río. —Tan bellos mis niños, Naran estamos hablando mucho, tenemos que trabajar, vamos a vacunar a los niños, traje bastante medicinas para atenderlos. —D
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