MANAOS: HABITACIÓN DE EVALUNA. —Amigo, disculpa el fastidio, pero necesito hablarte, no me puedo dormir. —¿A qué se debe esa falta de sueño? —Por favor, no me regañes, no me juzgues, sólo quiero que me comprendas, que me escuches. —Habla, estoy aquí para escucharte. —Ya lo mío con el arquitecto terminó. Le pedí que saliera de mi vida, creo que es mejor así, yo no conozco nada de su vida, lo más seguro es que tenga pareja y sólo se está divirtiendo conmigo por el tiempo que esté aquí, ya no quiero más engaños, con Gael mantuve una relación de más de tres años, pensé que lo conocía y mira lo que resultó, me estaba engañando en mis narices y yo sin darme cuenta, entonces que puedo esperar de alguien que apenas estoy conociendo. Édgar, estás muy callado, ¿por qué no me hablas? —Me pediste que te escuchara y eso es lo que estoy haciendo. —¿Averiguaste lo que te pedí? —No, quedaste en enviarme sus datos y no me lo enviaste, de él solo c
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