El vapor danzaba en el aire, envolviendo el lujoso baño en una neblina cálida y perfumada. La iluminación tenue, con luces indirectas estratégicamente colocadas, acentuaba el mármol oscuro de las paredes y los destellos dorados de los accesorios. La ducha, una obra maestra de la tecnología, tenía múltiples cabezales de agua a presión, capaces de simular desde una ligera llovizna hasta una cascada intensa. Al lado, una bañera de hidromasaje invitaba a la relajación, con sus burbujas resplandeciendo bajo la luz tenue.Svetlana se apoyó contra el vidrio templado de la cabina, dejando que los chorros tibios recorrieran su piel sensible. Cerró los ojos y suspiró, permitiendo que el agua aliviara la tensión en sus músculos. Su cuerpo aún temblaba, no solo por la intensidad del encuentro con Dante, sino por la forma en que él la hacía sentir. Nunca antes había experimentado algo así. No era solo deseo, era una necesidad profunda, un fuego que la consumía y la dejaba siempre queriendo más.Le
Leer más