Todos los capítulos de REINA DE REYES. La historia de una villana: Capítulo 81 - Capítulo 90
261 chapters
CAPÍTULO 82. Un hombre pobre
CAPÍTULO 82. Un hombre pobreTres horas.Llevamos tres horas sentados en esta sala de juntas, desmenuzando el proyecto de Devon pedazo a pedazo, buscando la forma más eficiente de hacer que colapse sobre su propia arrogancia. Y lo logramos, porque la maldit@ patente no puede tener más de un treinta y dos por ciento de similitudes con otras, y sucede que Viggo está respaldando a una empresa que sacó una patente muy parecida un año antes, y el fabricante puede conseguir que las similitudes entre las dos asciendan al treinta y tres por ciento, un por ciento más del legalmente permitido.—Eso dejaría completamente invalidada la patente sobre la que se sustenta el proyecto —digo por fin—. Y si cierras todas estas otras puertas…Viggo está inclinado sobre la mesa, los codos apoyados y los dedos entrelazados, con esa expresión de satisfacción que solo aparece cuando está a punto de joderle la vida a alguien. Nos parecemos tanto que casi me asusto, excepto porque ese “alguien” es mi ex y eso
Leer más
CAPÍTULO 83. Conexiones inesperadas.
CAPÍTULO 83. Conexiones inesperadas.Escuchamos a Devon lamentarse un rato más, y si soy honesta es odioso.—Maldito infeliz —gruño entre dientes—. No puede vivir sin dos dedos, pero no importó matar a sus tres hijos.Viggo me abraza y estamos a punto de irnos cuando la voz de un hombre mayor resuena en la habitación de Devon.—Entiendo que estés molesto, pero tienes que calmarte. Si hubieran traído los trozos de los dedos a tiempo, quizás habríamos podido pegarlos. Pero sin ellos, no hay nada que hacer.El doctor que acaba de hablar es un hombre de voz rasposa y tono condescendiente. No puedo verlo desde donde estamos, pero lo reconozco.Es el doctor Greer.Mi sangre se hiela. Siento mis ojos arder, mi garganta cerrarse, el aire volverse denso y pegajoso. Y Viggo se da cuenta de inmediato.—¿Qué pasa? —pregunta con cautela, girándose hacia mí.Paso saliva y no puedo evitar que mis ojos se llenen de lágrimas.—Ese hombre… —Mi voz sale tensa, entrecortada—. Él… él fue quien ayudó a Bon
Leer más
CAPÍTULO 84. El poder de la familia
CAPÍTULO 84. El poder de la familiaHan sido dos días de incertidumbre, de miedo, de tratar de convencernos de que Ruby es fuerte, de que va a despertar. Los médicos la mantienen sedada para ayudar a su recuperación, pero por suerte no ha habido más signos de que la hemorragia interna no se haya contenido, así que empiezan a retirarle poco a poco los sedantes.Tengo que reconocerlo, los reyes se han portado de una forma en que no esperábamos, rentaron una habitación en un hotel cercano y es como la base de operaciones a donde vamos a dormir un par de horas y bañarnos por turnos antes de regresar, pero nadie se ha ido a casa.Apenas está empezando a amanecer el tercer día cuando siento, juro que lo siento, que Ruby va a despertar. Al principio es solo un movimiento leve de sus dedos. Luego, un suspiro más profundo. Finalmente, sus pestañas se alzan, sus ojos se enfocan y nos encuentra a Verónica y a mí, sentadas junto a ella, tratando de contener las lágrimas y haciendo un esfuerzo para
Leer más
CAPÍTULO 85. Mejor de lo que imaginé.
CAPÍTULO 85. Mejor de lo que imaginé.Despierto cuando el sol ya se ha puesto.El departamento está en penumbras, iluminado solo por las luces tenues de la ciudad entrando por los ventanales. Me estiro entre las sábanas con un suspiro profundo. Hacía tiempo que no dormía tanto de un solo tirón, pero era obvio que lo necesitaba.Me siento en la orilla de la cama y me paso una mano por el cabello, despejándome. Pero la paz no durará mucho, porque como si me hubiera olido, la guerra entra a la habitación, y yo ni siquiera evito en ronroneo cuando Viggo se inclina a besarme.¡Es tan sexy el condenado que me saca un suspiro!Se ha cambiado de ropa; viste todo de negro, con una chaqueta de cuero y un aire de satisfacción en el rostro.—Hola, reina. ¿Descansaste?—Como un tronco —respondo con un bostezo y él sonríe.—Perfecto. Porque tenemos una noche ocupada por delante. Mira lo que tengo aquí -me dice señalando a una de las perchas en las paredes donde hay colgado un outfit completamente b
Leer más
CAPÍTULO 86. Una sorpresa en una caja de metal.
CAPÍTULO 86. Una sorpresa en una caja de metal.No sé qué esperaba, pero esto… esto es lo último que imaginaba. Greer se me queda mirando, congelado, como si lo hubieran atrapado en el acto de un crimen, y yo… bueno, yo no puedo evitar sonreír, aunque la verdad es que la situación da miedo.O sea Viggo da miedo.Observo su expresión y nadie tiene que decirle por qué estoy aquí. Todo en él está lleno de de confusión y arrepentimiento, pero entiendo que no es un arrepentimiento por lo que me hizo, sino porque entiende que vengo a cobrarle.Viggo, por su parte, está calmado, pero esa calma tiene algo siniestro, así que no hay forma de que Greer salga de aquí sin pagar por lo que ha hecho.—¿Qué… qué significa todo esto? —pregunta el médico con voz temblorosa mirándonos con una mezcla de incredulidad y terror.Yo me inclino hacia adelante, manteniendo el tono frío, casi burlón.—¿No esperabas una sorpresa como esta? —le digo, forzando una sonrisa—. Entonces eres un hombre muy iluso, muy a
Leer más
CAPÍTULO 87. La práctica hace al maestro
CAPÍTULO 87. La práctica hace al maestroNunca pensé que estaría aquí, mirando cómo Viggo le hace un tatuaje a un renombrado doctor que se merece algo mucho peor que solo esto. Pero aquí estoy, confiando en él porque ya ha demostrado tener una hermosa mente perversa y sé que esto solo es el inicio.La habitación se llena del zumbido del motor de la máquina de tatuajes, un ruido constante que, en algún momento, empieza a parecer casi relajante. O tal vez es solo la locura de la situación lo que me hace pensar eso.Viggo le da unos toques a la máquina, la ajusta con una habilidad que no sabía que tenía, y me sonríe de esa forma que solo él sabe hacer: la sonrisa de alguien que ya sabe cómo va a terminar todo, y le da igual.—¡Siempre fui un aficionado de los tatuajes! —me dice mientras ajusta las agujas con calma, como si esto fuera algo tan normal como tomarse un café por la mañana.—¡Pero si no tienes ninguno! —me río.—¿Pues tú cuándo haz visto un Roll Royce con Pegatinas? —replica—.
Leer más
CAPÍTULO 88. El final de una noche
CAPÍTULO 88. El final de una nocheGreer tiene los ojos hinchados por el llanto, se le abren como platos cuando ve lo que le hemos hecho y la verdad es que ya no tiene cara de ser humano. Tiene la cara de un monstruo, exactamente lo que es, y está marcado de una manera que ni el tiempo podrá borrar.Sus ojos se detienen en las palabras que recorren su piel. Las mejillas, la frente, el cuello, la barbilla, las manos, dedos, brazos, cualquier área que pueda verse está saturada de tinta con palabras y frases como:"Asesino"“Criminal”"Soy un asesino de bebés""Mato por dinero".Me detengo un momento en cada una de las frases, regodeándome en su dolor, que jamás será ni de cerca parecido al mío, porque yo soy una villana, pero sería incapaz de lastimar a su hijo.No sé si es más triste su desesperación o el hecho de que jamás podrá escapar de esa verdad tatuada en su rostro. Pero lo que me hace soltar una carcajada involuntaria es el pequeño detalle que se me había pasado por alto, uno q
Leer más
CAPÍTULO 89. Un hombre serio
CAPÍTULO 89. Un hombre serioEl aire en el departamento está cargado de electricidad.Los labios de Viggo están sobre los míos y no hay vuelta atrás. Su boca es intensa, desesperada, como si besarme fuera su única forma de respirar. Y yo siento exactamente lo mismo. El calor me recorre como fuego líquido.Sus manos se deslizan por mi espalda, firmes, posesivas, reclamándome sin decir una sola palabra. La ropa queda en el suelo en un segundo y yo cierro los ojos mientras su boca a los nuevos piercings en mis pezones. Todavía molestan pero ya no hay más dolor que el de los suaves tirones de sus dientes. Sé que por esto lo hizo, que es una de esas formas dominantes de castigo porque le gusta tomar el control y al menos en ese aspecto yo disfruto entregándoselo.—Regina… —susurra mi nombre con un tono que me hace estremecer y un segundo después lo único que hay entre los dos es un sudor peligroso y gemidos desesperados. No entiendo cómo hemos llegado a necesitarnos de esta manera pero sé
Leer más
CAPÍTULO 90. Un auto desconocido.
CAPÍTULO 90. Un auto desconocido.Conduzco a toda velocidad, mis manos están aferradas al volante y mi corazón late con fuerza en mi pecho. El asfalto pasa rápido bajo las ruedas de mi camioneta, y al dar la tercera vuelta a la derecha, veo un auto negro detrás de mí, acelerando y acercándose más de lo que debería.Un escalofrío me recorre la espalda. No sé dónde demonios vi esto, algún programa sobre secuestros: si quieres saber si te están siguiendo, gira en cuatro esquinas seguidas a la derecha.Así que ahora el maldito auto acaba de despejarme la duda.¡Mierda, de verdad me está siguiendo!Conduzco en medio del tráfico tan rápido como puedo, tratando de perderla, pero algo me dice que no será tan simple. Veo que el auto casi choca con otros un par de veces. No parece que el conductor sea muy experto, así que si es alguien contratado, muy profesional no será. Además, tiene placas perfectamente visibles, así que las dudas me carcomen.Veo que acelera para seguirme, y yo hago lo mism
Leer más
CAPÍTULO 91. La única.
CAPÍTULO 91. La única.Cuando una mujer ha sufrido lo suficiente, la piel empieza a erizarse de una manera distinta cuando las cosas no están bien. Las sospechas se convierten en un instinto básico y de repente te encuentras tan segura de las cosas como si Dios mismo las hubiera escrito en piedra para mandártelas.Así que por eso estoy segura de que Viggo sabe algo que yo no sé y que no me lo quiere decir.Lo sigo hasta el estacionamiento y apenas se da la vuelta para decirme que me quede, levanto una mano, callándolo.—No insultes mi inteligencia —le advierto—. Tú sabes lo que está pasando. Yo no reconocí ese auto pero tú sí. Tú sabes quién me estuvo siguiendo. Y me lo vas a decir porque no lo preguntaré dos veces.Veo la forma en que sus labios se vuelven una línea fina llena de impotencia y asiente.—Ese es el auto de Alicia, mi antigua amante —responde y me quedo aturdida por un segundo.La imagen de esa mujer sobre su escritorio me viene a la mente. ¿En serio? ¿Alicia? Cierro los
Leer más
Escanea el código para leer en la APP