CAPÍTULO 18: Un encuentro desagradableLa partida está cerrada, Ren ve sus piezas muertas en el tablero y me mira como si quisiera asesinarme también. Todos dicen que no es un hombre emocional, pero al parecer el señor Kaizen, que fue quien lo crio, es la única debilidad para él.—¿Qué pasa, hija, ya te vas? —pregunta el abuelo y yo me despido con un gesto amable.Su sonrisa amplia y sincera me recuerda que, a pesar de lo mucho que me gusta este juego que estoy jugando, hay personas a las que definitivamente no me gustaría lastimar y él es una de ellas.De repente mira el tablero y sus dedos señalan a su nieto.—¿Perdiste, Ren…? ¡No puede ser!—Es usted un maestro paciente, señor Kaizen. —Le hago una ligera reverencia con una sonrisa juguetona—. Bueno, caballeros, hasta la próxima.Me alejo caminando despacio hacia el auto en que vengo, y escucho apenas cómo el abuelo se gira hacia su nieto, ajustando su sombrero con aire de satisfacción:—¿Ves? Esa es una mujer por la que merece la p
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