129. DECISIONES Y DUDAS
KIERAN: La culpa me atormentaba. Había confiado en Claris, en su capacidad para cuidar a nuestros hijos, pero el estado de los cachorros hablaba por sí mismo. En silencio, escuché cómo le respondía a cada pregunta que Gael le hacía mientras inspeccionaba a los pequeños. Su tono era vacilante, lleno de confusión y miedo, pero algo en sus palabras me indicaba que no tenía respuestas reales, como si la cuestión fuera mucho más profunda. Gael, después de un rato de observarlos en silencio, se giró hacia mí. Su rostro, generalmente seguro, estaba cubierto de una sombra de pánico, y cuando habló, su tono fue grave, cargado con una urgencia que me erizó el alma. —Kieran, saca a Lúmina ahora mismo. No es algo que comieron. Es que están desconectados de su madre. Claris no solo te rechazó a ti al ne
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