29. No es bueno mentirle al corazón
Permanecíamos en total silencio congelados como si la mera presencia de Sebastian nos hubiera paralizado a todos, excepto por Derek. —Derek, se supone que esto es una celebración para conocer a mi nuera, guarda el arma.Derek me miro fijamente, como si pidiera mi permiso para hacerlo. Con un leve asentimiento fue más que suficiente para que el, con un rápido, elegante y eficaz movimiento guardara su arma en su saco. Derek, aparentemente solo un CEO de hoteleria, irradiaba un aura enigmática y sombría, como si el arma fuera una extensión de su ser. Trague ligeramente en seco pues no estaba acostumbranda a este tipo de armas. Tenía la intención de buscar venganza contra Trevon, hacerlo sufrir, quería causarle su vida un verdadero tormento, pero descartaba la idea de quitarle la vida. No sé en qué momento me vi atrapada en medio de esta tensión donde Derek no dejaba de mirar a Trevon con detenimiento. El aire comenzo a tensarse, convertirse en una enorme roca que no se podia digerir.
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