No pude evitar recorrerla con la mirada otra vez, lleno de hambre. Es perfecta, m*****a sea. Esa boquita rosada y brillante, su piel suave como la seda, esas piernas... esas curvas, todo en ella es cautivador. Y, como su belleza, su peligro es igual de real, pero me atrae, me prende de una forma que
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