Capítulo 28 —De regreso en casaNarrador:Al bajar del coche, Lorena ajustó su vestido con manos temblorosas, tratando de recomponerse, pero al levantar la vista y encontrarse frente a la casa de su infancia, sus piernas cedieron. Cayó de rodillas al suelo sin poder contener el torrente de emociones que se desbordaba en su interior. Franco reaccionó de inmediato. Su postura habitual de firmeza y control se transformó al instante, y se agachó a su lado con preocupación.—Lorena, ¿estás bien? —preguntó, con un tono que nunca antes le había escuchado —¿Te lastimaste? —Lorena no respondió. Un nudo en la garganta le impedía siquiera articular una palabra, y las lágrimas empezaron a correr libremente por su rostro. Franco, sorprendido, la envolvió en un abrazo inesperadamente cálido, sujetándola con fuerza contra su pecho. —Tranquila —murmuró, su voz grave pero suave, casi reconfortante —Ya estás aquí. Estás en casa.Ella se dejó sostener, aferrándose a su camisa como si fuera su única ancl
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