En la opulenta sala de la mansión White, la confrontación continuaba cargada de tensión. Aiden, con su semblante firme, no dejaba espacio para dudas. Su mirada perforaba a Sadus, Kaige y Elías, quienes permanecían desafiantes. —Hablas de poder, Sadus —respondió Aiden, su tono sereno pero cargado de intención—. Pero el poder no siempre garantiza la victoria. Mi padre no era ilegítimo; era el hombre que llevó este legado a alturas que ustedes nunca podrían alcanzar.Elías dio un paso adelante, la ira chispeando en sus ojos. —Tu arrogancia será tu caída, Aiden. Subestimas la fuerza de los verdaderos herederos. Tu padre nunca fue quien en realidad piensas, solo eres parte de todo el engaño que rodea a la familia White. Samantha sabe a lo que me refiero.Antes de que Aiden pudiera responder, la puerta principal de la mansión se abrió de golpe. Samantha White entró con determinación, seguida por Roderick y Alicia, sus presencias imponentes. Samantha habló primero, interrumpiendo la escalad
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