Brith conducía a toda velocidad hacia su casa, con las manos apretando el volante y el rostro tenso. Su mente era un torbellino de emociones: culpa, enojo, confusión. ¿Qué había hecho? ¿Dónde estaba Brihana? Cuando llegó, buscó en cada rincón de la casa, pero ella no estaba allí.Desesperado, decidió ir a la casa de los padres de Brihana. Tocó la puerta con fuerza, casi golpeándola. Anatoli, el padre de Brihana, abrió la puerta con su imponente porte. Su mirada era fría, llena de reproche."¿Qué haces aquí, Brith?"preguntó Anatoli, cruzándose de brazos.Brith respiró hondo, intentando mantener la calma."Estoy buscando a Brihana. ¿Está aquí? !preguntó, aunque ya sabía la respuesta por la expresión de Anatoli."No. Y aunque estuviera, no te lo diría. Solo deseo que mi hija esté bien, porque tú ya has arruinado todo." —Anatoli lo miró con dureza, su voz resonando como un martillo.Brith bajó la mirada, sintiendo el peso de las palabras de su suegro. No tenía fuerzas para discutir."Es mi
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