En mi vida, muchas cosas habían salido mal. Pero todo eso parecía haber terminado el día que la familia West me acogió como una más de los suyos. Tenía trece años entonces, y aunque me sentía rota y perdida, Matthew y Sophie nunca hicieron diferencias conmigo. Para ellos, yo era igual, pese a que mi origen no tenía nada que ver con su mundo de privilegios.Varias veces me pidieron adoptarme, ofreciéndome su apellido como un gesto de amor incondicional. Pero yo siempre me negué, amablemente, porque no podía soltar del todo el único vínculo que me quedaba con mi padre, John Seller. Él fue el único que realmente me amó, un hombre al que admiré y quise con todo mi ser.Pero cuando murió, mi vida se convirtió en un infierno. Mi madre, con la que ya tenía una relación complicada, se volvió completamente insoportable, sumida en su propio dolor y egoísmo. Y, como si las cosas no pudieran empeorar, se casó al año siguiente con un hombre que era tan despreciable como ella.A la primera oportuni
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