Después que Milenka pudiera tranquilizarse lo suficiente para volver a hablar y que Luciana la soltera porque la estaba abrazando con mucha fuerza y sentimiento, comenzó a explicar— Soy médico ¿sabes? soy una doctora prestigiosa, estudio la biología y en combinación con la tecnología se pueden hacer muchos avances, estudio los dos.Luciana estaba impresionada debía ser muy inteligente, ella solo era una maestra de niños.— Se supone que él me entendía, ¡se suponía que él siempre iba a estar a mi lado! —Gritó desesperada Milenka— pero no… así de fácil, solamente una tarde, me dice que ya no está dispuesto a esperar, que ya no está dispuesto a ser plato de segunda mesa, que elija ¿cómo lo voy a hacer? ¡Dime! ¡Dime! ¡¿Cómo lo voy a hacer?!Luciana suspiró resignada a tener que decirle que ella era la peor persona para dar consejos.—No creo que pueda… poder decirte —decía ella con la vista borrosa por el alcohol y la lengua trabada, se le había puesto pesada y pastosa.Suspiró y comenzó
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