Un dolor punzante recorre toda la columna de Mauricio.— No puede ser no puede ser — dice él, apretando las quijadas en un intento por soportar dolor tan intenso que lo recorre.Su lesión no sólo le impedía caminar, sino que tenía su particular manera de torturarlo recordándole que él era un ser indefenso a esa condición.— Como si no fuera suficiente estar amarrado a esta m*****a silla— dijo el rubio comenzando a sudar por el esfuerzo.Otra estocada de dolor lo atravesó, provocando que cerrara las manos en la silla y al momento de querer inclinarse para tomar sus medicamentos para ese tipo de casos, un espasmo involuntario lo arrojó contra el piso.Mauricio se encontraba boca abajo, sufriendo dolor infernal sin tener manera de hacerle frente, aunque se negaba a gritar en busca de ayuda.— ¡Señor Mauricio!— se escuchó un grito de la puerta de la oficina la oz denotaba horror en lo que estaba viendo.Los pasos acelerados Lourdes, ama de llaves de la villa desde muchos años antes se e
Erick se encontraba furioso, la rabia, desesperación y una pasión contenida que nunca antes había sentido estaban en una completa lucha de quién ganaba el poder en su cuerpo.— Explícame ¿por qué tienes tan interesado al ruso?— la voz estaba plagada de acusaciones y Luciana ya estaba cansada de tanto reclamo de su parte.Iban entrando al recibidor del gran hotel para este momento y dado que había gente alrededor la pelirroja se sintió segura de responder lo que quisiera.— Por lo mismo que te tengo interesado a ti, ¿qué podrá ser?— le cuestionó al mismo tiempo que habría los labios y de manera sugerente se mordía el labio inferior.Un leve gruñido pero muy profundo fue lo único que pudo decir Erick antes de perder el control y tomar de la muñeca a Luciana para llevársela al primer lugar que se encontrara.—Suéltame— decía ella al mismo tiempo que trataba de mantenerse normal ante los presentes, no quería llamar la atención. — Suéltame Erick…Él se encontró con una puerta que pudo abri
En el hospital buenaventura, Carlos se encuentra con una pequeña jovencita.Perla quien ahora ya tenía once años, había dejado su rostro infantil para transformarlo en el de una pequeña señorita, aunque su edad no daba crédito al rostro tan lleno de pesadillas que ella había sufrido.Su cabello largo oscuro y lacio en contraste con sus ojos claros en un turquesa, la hacían ver como si fuera una pequeña hada, poco real y parte de una fantasía, dejándote la curiosidad de ver que tan inocente podría ser. Aunque sus ojos mostraban unas ojeras profundas por la enfermedad que la aquejaba y el poco descanso, sus labios mostraban una pequeña sonrisa llena de una pequeña esperanza.El contraste era claro la inocencia de su edad contra la experiencia del pasado haciendo una lucha interna en ella.— Escúchame bien— dijo Carlos agachándose a su altura, necesitaba que ella comprendiera y ejecutara bien su papel para que todo saliera a la perfección— a partir de ahora te llamas Patricia Fuentes.—
El avión había iniciado su vuelo, a pesar de querer eliminar el mal humor y coraje que lo consumía, Erick no estaba dispuesto a olvidar eso que había escuchado de la mujer que tenía a solo unos cuantos metros.Tiempo después su teléfono comenzó a sonar, al verlo tenía más de veinte mensajes en los que una pequeña calavera con fondo negro estaba moviéndose de manera amenazante.— Ahora ¿qué sucede?— ¿Dijiste algo?— Luciana se encontraba a un lado de una ventana dejando que su cuerpo fuera una pequeña bolita en el gran asiento.El rostro de inocencia que utilizaba para hacer de las suyas ya no funcionaría con él.— No es algo que te interese Luciana.— Su voz había sonado más fuerte y petulante de lo que había deseado, pero para motivos practico, eso era lo que él quería, alejarla.La pelirroja abrió los ojos impresionada y mejor se giró para continuar ignorándolo.E tiempo parecía avanzar de manera lenta pero el teléfono de Erick había vuelto a sonar, esta vez al verlo el rostro del mo
Después de haber perdido la estabilidad el avión y mantenerse abrazada a Erick en todo lo que pudo, Luciana había salido despedida por los aires, el avión en el impacto se había partido en dos y ella había quedado completamente sola.Al levantar la mirada ella se encontraba rodeada de arboles que no la dejaban ubicar donde estaba“Pero” pensó ella “¿Que harás al saber dónde te encuentras? ¡¿Estás loca?! Nada de esto tiene sentido”Ella no lograba ubicar donde estaba ni a donde se dirigía, si no hay un destino cualquier camino es correcto.Comenzó a caminar de manera errática pero el recargarse en un tronco le dolió.— ¡Ah! — gritó ella al ver que su muñeca dolía, no podría utilizarla para nada.Mientras Luciana estaba reconociendo el ambiente en el que se encontraba, del otro lado donde estaba la parte más grande del avión estaba Erick aun agarrado al asiento con el cinturón.Su mente estaba comenzando a aclararse, había perdido la conciencia y por eso su cuerpo se había relajado hacié
Erick estuvo presente en el momento justo en el que la vida abandonaba el cuerpo del piloto, se había ido dejando sus ojos abiertos con un pendiente latente en su rostro, de manera automática extendió su mano y los cerró.— Descansa tranquilo, yo me encargaré de localizar a tu esposa y decirle tu mensaje.Erick sentía el cuerpo tembloroso pero aun así estaba haciendo todo lo posible por moverse, tenía que encontrar a Luciana y debía ser pronto.El sol se estaba poniendo en el horizonte y la temperatura estaba bajando rápidamente ella no estaba vestida para soportar las temperaturas que se vendrían ya avanzada la noche.— Te voy a encontrar ¡Luciana! —gritaba él, al mismo tiempo que buscaba por algo de comida y algo de tomar, tenía que encontrar algo para llevárselo, había pasado mucho tiempo desde que habían caído debía estar hambrienta.Pero no lo encontraba, por más que se esforzara.— Espero que Carlos pueda encontrarnos, y se apresure en ello, no quiero que Luciana corra más rie
Erick mira una figura extraña entre la maleza, y su corazón se salta un latido al identificar que era Luciana, Erick en ese momento sintió que el alma regresaba a su cuerpo.Erick corre desesperadamente hasta poder tener entre sus brazos a Luciana, se encuentra con los ojos cerrados y el cuerpo laxo.— Luciana, por favor, por favor, — repetía Erick con los ojos enrojecidos— necesito que despiertes, por favor, abre los ojos.Con desesperación había comenzado a moverla una y otra vez hasta que consiguió que finalmente ella reaccionaraUn suspiro de alivio salió del fondo de su ser, sonoro y sincero— Gracias a Dios — susurró Erick.— ¿Dónde estoy? ¿Qué sucede?— cuestionó Luciana con un tono de voz ronco, mirando hacia todas partes pero no podía enfocar demasiado, la oscuridad le quitaba visibilidad además que tenía un fuerte dolor en la cabeza que no le dejaba pensar con claridad.— Dime ¿cómo te llamas? ¿Qué es lo que recuerdas?— Erick quería hacer una prueba antes de inundarla con i
El tiempo había pasado y Erick sentía que absolutamente nadie iba a encontrarlos, las horas se habían vuelto eternas.En ese momento se levantó alejándose un poco de Luciana.— ¿A dónde vas?— cuestionó a ella intrigada por el cambio de actitud de parte de su cuñado, sabía que debía mantenerlo alejado de ella pero algo dentro de sí misma le pedía a gritos que siempre lo tuviera a su alrededor y eso la molestaba más incluso que estar perdida en medio de la nada.— Solo…— se quedó en silencio un momento Erick— solo necesito revisar el perímetro no te muevas en un momento regreso.Luciana asintió eso era bastante lógico.Mientras tanto Erick sentía que parte de su cuerpo estaba siendo desmembrado poco a poco.— No puede ser que esto me esté sucediendo— decía como una especie de conversación consigo mismo, en búsqueda de mantener la esperanza de encontrar una respuesta.—No es justo —continuó con su reclamo— no es justo que solamente sea yo quien esté con este sentimiento de vacío, ¿simplem