* CANDICE *—Solo serán un par de días, Marcus, no puedo creer que te comportes tan cursi y pegajoso como cuando comenzamos a salir —solté, acompañando mi comentario con una pequeña risa floja.El aeropuerto bullía con la energía incesante de personas que iban y venían, pero, caminar tomados de la mano como en los viejos tiempos, aligeraba el peso en mi corazón.Olvidar no era sencillo, y era muy consciente de ello, pero vivir con resentimiento era aún más difícil.Totalmente agotador.Su mano enredada en la mía era un vínculo reconfortante mientras avanzábamos por el área de arribo de pasajeros.Hoy, mi esposo había despertado de buen humor, y, para mi sorpresa, yo no me encontraba menos satisfecha que él.En estos últimos días, nos vimos envueltos en una pasión incontrolable que nos consumía noche tras noche.Desde aquella primera vez, hace apenas un par de días, en la que me entregué a él sin restricciones, había transcurrido un tiempo considerable desde la última ocasión en que co
Leer más