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Todos los capítulos de Rubi — Culpa y Miedo : Capítulo 51 - Capítulo 60
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51. Crueles verdades
Stefan. La repentina llegada de Alessandro me irritó y me hizo sentir aliviado en partes iguales al principio, pero después, me molestó bastante que tomara a Renata del brazo para atraerla hacia él, lo estaba haciendo a propósito, todo para molestarme, pero no caería en su juego, solo era darle la razón a su causa, quería ponerme celoso para confirmar que Renata me gusta, pero las cosas no son así, ella solo... que situación tan más jodida. Me fui antes de que mis ganas de caerle a golpes a mi primo me ganaran, regresé a la oficina para atender algunos pendientes, pero ahora necesito del idiota de Alessandro por desgracia, salgo de la oficina para buscarlo, al llegar a uno de los pasillos logro ver a Alessandro junto con Renata en el jardín, mis ojos se van a su cabello, lo lleva suelto, eso es raro de ver, los rayos del sol se reflejan en él haciéndolo ver tan brillante, el cabello le llega como a la mitad de la espalda, pero mis malditos ojos siguen bajando, me concentro en lo qu
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52. Si le temo
Renata. Me fui a encerrar un rato a mi habitación, esperando que las hormonas alborotadas de Alessandro se controlaran, después bajé para buscarlo, a veces se portaba como idiota, pero era mi única compañía segura y entretenida en este lugar. Comienzo a buscarlo en las diferentes habitaciones, esta casa es aún más grande, al asomarme en una encuentro a Stefan, está recargado en una barra con una bebida a su lado. Me la pienso dos veces para acercarme, en primera porque el recuerdo de lo que pasó en la habitación está tan vivo en mi memoria y me apena, en segundo quizás le moleste que pregunte por Alessandro, sigo con la firme idea que no le gusta que esté cerca de su primo. Me acerco a pasos lentos y cautelosos a donde él se encuentra, está recargado en uno de sus brazos, noto conforme me acerco que tiene bastante tierra en su traje, arrugó la frente, él se incorpora y da un trago a su bebida, es ahí que me doy cuenta de que la manga de su camisa está manchada de sangre. — ¿Stef
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53. Intervención nocturna
Ya pasaron 3 días desde el incidente de Alessandro y Stefan, debo decir que en ese tiempo no los he vuelto a ver juntos.Las pocas veces que me he topado con Stefan se le miraba muy mal, recaído, triste, pero en cuanto se percataba de mi presencia cambiaba el rostro por una cara mal humorada, a veces no tenía ni la fuerza para eso al parecer y simplemente me daba la espalda.Alessandro ha permanecido conmigo todos estos días y debo decir que nuestra relación amistosa ha mejorado mucho, ya no me molesta (tanto) con sus comentarios acosadores, nos la hemos pasado gran parte del tiempo en la biblioteca, resulta que al Casanova le gusta leer, el día de hoy amaneció nublado, el cielo pintado de gris claro que avecinaba tormenta, y así fue, comenzó a llover desde medio día y la lluvia no había cesado, así que el día de hoy estamos en mi habitación, sentados en mi cama con las piernas cruzadas, cada uno con un libro, su segundo libro ya en estos días, cuando yo apenas voy a llegar que la mit
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54. Más que un sueño
Esto debe ser una broma, un producto de mi imaginación, el agarre de mis manos afloja y la manzana caer rodando por el suelo, el sonido se pierde entre el canto de la tormenta. Me quedo fría en donde estoy, la mano de Stefan acaricia mi abdomen y su rostro está tan cerca de mi oído, baja acariciándome el cuello con la punta de la nariz. Una corriente eléctrica me recorre el cuerpo, los puntos donde su piel se encuentran directamente con la mía arden y vibran bajo su tacto, él inhala mi aroma y suelta un suspiro, su aliento está cargado a alcohol y un toque de menta, combinación que me parece embriagadora. De pronto los labios de Stefan se posan en mi cuello, me llevo la mano a la boca para no gritar, no hacer ningún sonido, aunque lo que quería escapar de mi garganta no era un grito del todo, los labios de Stefan recorren mi cuello desde abajo hasta llegar a la oreja, después vuelve a descender, pero esta vez con su lengua. La calidez del contacto me causa un escalofrío y hace que
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55. Susto de muerte
El fuerte sonido de un portazo nos hace levantarnos de golpe, entre el silencio de la casa ese sonido hace eco además de que se escuchó cerca, muy cerca. Alessandro abre los ojos poco, yo me froto uno de ellos mientras mantengo un ojo fijo sobre él, en cuánto su mirada enfoca abre mucho los ojos, retrocede con rapidez como si en lugar de estar acostado en ese suave colchón se tratase de brazas ardientes. — ¡Santa mierda! - arrugo la frente ante su reacción.— Un mujeriego que se caga al despertar y darse cuenta de que amaneció con una mujer... ahora lo he visto todo. - Alessandro mira al frente y se encuentra con la ropa tirada que me quité anoche, en ese momento parece caer en algún tipo de pánico, con manos temblorosas y desesperadas realiza una exploración por su cuerpo, para verificar que no le hace falta ni una prenda, incluso en el interior de sus pantalones. — Oye que te pasa, no te hice nada.— ¿Qué haces en mi habitación? - en su voz hay un ligero temblor y un toque de pánic
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56. Voluntariamente- Obligatorio
Stefan Despierto con un fuerte dolor de cabeza, después de tener un sueño de lo más... no tengo idea de que como llamarlo, los rayos del sol me golpean directamente en los ojos, me muevo, pero solo logro terminar en el suelo, es ahí donde me doy cuenta de que me quedé dormido en la sala, no me molesto en levantarme con rapidez me permito quedarme aquí tirado en lo que cierro los ojos y las imágenes de mi sueño me invaden la mente, yo acorralando a Renata en la cocina, besarla... fue tan real que hasta podría decir que tengo la sensación de su boca sobre la mía, estaba decidido a tomarla, a hacerla mía, pero de pronto la culpa como siempre me jugó en contra y la imagen de Marisa se coló en mi memoria, en cuanto dije su nombre se me esfumó de entre las manos como el fantasma que es... Perdí la imagen de Renata por visualizar la de Marisa para que al final terminara evaporándose y yo quedara como idiota con las manos vacías, vaya mierda. Abro los ojos y me levanto, ya no volveré a toma
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57. La palabra con “M"
Renata.Después de un día de lluvia hoy se encuentra en cielo muy despejado, como el pasto está aún húmedo y la tierra muy suelta me quedé en una mesa en el exterior justo al lado de la puerta de entrada, tengo el desayuno frente a mí, cuando la empleada se acercó para dejarme el plato me miró y abrió mucho los ojos, fue algo tan fugaz que después se marchó, me frote la cara pensando que quizás tenía algo, lástima que no había un espejo cerca. Me hice una trenza que acomode en mi lado derecho, hace mucho viento el día de hoy. Me encontraba picoteando un pedazo de fruta cuando de repente escucho pasos acercándose, corriendo, después la cabeza de Alessandro se asoma por el marco de la puerta, al verme abre mucho los ojos. — Te estaba buscando.- se escucha ansioso, desesperado hasta podría decir que asustado. — ¿Qué pasó?.- le pregunto algo inquieta, me está asustando su actitud, él se recarga con ambas manos al otro lado de la mesa frente a mí. — Necesito que vengas conmigo y le cuen
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58. Avergonzado
Stefan. Permanezco rígido en mi lugar, mientras más habla Alessandro comienzo a sentir un calor cada vez más sofocante, de la vergüenza, jamás me había sentido tan apenado en mi vida, con ganas de morirme si es posible, prefería morir que aguantar esta vergüenza, Renata también parece estar muriendo de pena, no me siento tan exagerado a decir que prefiero morir que enfrentarme a esto, ya que ella estaba más que dispuesta de contraer matrimonio con tal de no afrontar esta situación. Entonces mi sueño no fue un sueño del todo, paso de verdad, en verdad besé a Renata, la acorrale en la barra de la cocina, metí mi mano en su ropa su... mi mirada se va directo a sus senos, trago saliva esto no puede ser verdad, por todo los dioses, ni para emborracharme sirvo. Como siempre que algo tiene que ver con ella, llega el huracán Marisa arrasar con ello y esparcir culpa, pero esta vez pasé el límite, ella está tan avergonzada que no se atreve a mirarme, y yo estoy pensando seriamente en salir
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59. Atesorando momentos
Renata. Fui a dejar los documentos con mi nueva identidad en la habitación, me emocionó tener esos documentos, es el significado de una nueva vida, un nuevo comienzo para el que ahora si me siento un poco más lista y motivada, es solo que... tapar el sol con un dedo no sirve de nada, parte de mi buen humor es por las palabras de Stefan cuando me dio a entender que si estaba pensando en mí al principio y que la mención de su exesposa solo fue el resultado de la voz del remordiendo y la culpa que siempre carga con él. Por lo menos el sentimiento de sentirme usada desapareció, pero dio lugar a las dudas, ¿Yo le gustaré a Stefan?Antes de poder llegar a profundidad en ese tema doblo por uno de los pasillos y miro a Alessandro de espaldas a mí, husmeando en la esquina del otro lado del pasillo, de pronto me siento muy enojada con él, avanzo despacio para que no se dé cuenta de mi presencia hasta que ya estoy muy cerca comienzo a correr, ya es tarde cuando se percata que alguien se acerca
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60. Noche especial
Stefan. Desde hace varios minutos que me quedé parado alejado de la entrada de la biblioteca al ver a Renata, si, la estaba buscando, pero en cuánto la miré buscar con desesperación algo entre el librero me quedé ahí parado con curiosidad. Cuándo logró encontrar los que sea que estaba buscando, se acercó a un sillón y comenzó a pasar con rapidez hoja por hoja hasta que encontró por fin lo que buscaba. Se enfrascó en la lectura mientras yo permanecía a lo lejos, oculto entre la oscuridad observándola con una extraña curiosidad, de pronto su cuerpo se puso rígido, comenzó a verse un tanto más inquieta y su cara parecía estar avergonzada, sonrojada.No tengo idea de que sean esos libros, el gusto por la lectura fue algo que yo no heredé de mi madre a comparación de Alessandro, quién desde la adolescencia comenzó a leer a escondidas los libros de mi madre. Suspiro y comienzo a acercarme a donde se encuentra, aunque fuera tentador no puedo estar todo el rato como un acosador observándola
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