44. Descubierta
Renata. Ya es media noche, mi habitación es la última del pasillo, no puedo dormir por más que lo intento, solo consigo estar dando vueltas en la cama, girando de un lado a otro, incapaz de encontrar la posición correcta para poder dormir, las duchas tibias no me ayudan, necesito las pastillas, o si no quedaré loca, gracias al cielo no he tenido pesadillas que detonen ataques de pánico; pero pues claro, no es como que tenga oportunidad de soñar, aunque sea. Me siento sofocada, está haciendo calor y a pesar de solo llevar unos cortos shorts de pijama con una blusa de finos tirantes me siento prisionera de las telas, intentar dormir es inútil. Me levanto de la cama, voy al baño y me mojo el rostro con agua fresca, observo mi reflejo en el espejo, no parezco la misma mujer de hace una semana, mis días eran tan rutinarios, lentos y aburridos, el pasar del tiempo era deprimente, y ahora han pasado tantas cosas en un lapso de tiempo tan corto que me es en cierta parte imposible acabar d
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