Stefan.En cuánto una de mis empleadas me notificó que Renata había despertado dejé todo lo relacionado con el trabajo y pendientes a un lado para ir a buscarla, si, estaba preocupado por ella, lo estaría por cualquiera que se hubiera caído escaleras abajo en mi propia casa, a eso sumándole la desagradable situación por la que pasó, necesitaba saber si ella se encontraba bien. Ya era mediodía, ella nunca despertaba tan tarde, pero no fui a molestar a su habitación porque pensaba que los medicamentos que le dieron anoche posiblemente la noquearon. Al llegar miré que la puerta estaba abierta así que me asomo y entro sin más... la cama esta desecha y reposa la charola con su desayuno a medio comer, ¿Dónde está? no se supone que debería estar fuera de la cama; antes de comenzar a buscarla dentro de toda la casa me acerco al baño en donde también la puerta se encuentra abierta y ahí está ella; me quedo estático al verla, una sensación fría y a la vez cálida me recorre el cuerpo entero, es
Renata Estamos cerca, él está muy cerca de mí, nuestros pechos están juntos, una de sus manos está sobre mi cintura, lo único que impide el contacto piel con piel es la tela de la delgada toalla, su otra mano sujeta mi barbilla manteniendo fijo mi rostro al suyo. La diferencia de estatura no es poca, pero él mantiene baja su cabeza logrando que la distancia que nos separa me parezca extremadamente corta, solo necesito ponerme de puntillas para alcanzar su boca, y una parte de mí quiere hacerlo, me implora que lo haga, pero mi mente está aún un tanto aturdida intentando encontrar una respuesta a su pregunta "¿Me tienes miedo Renata?"Si, pero no... no creo que sea una respuesta válida y clara, pero ni siquiera yo lo tengo claro, le temo, en parte sí, es un hombre peligroso que hace días me expresó abiertamente sus ganas de romperme el cuello, pero en parte no, porque siento, que no me haría daño, porque tuvo la oportunidad de dejarme morir y no lo hizo, porque a pesar de ese odio pr
Stefan. La repentina llegada de Alessandro me irritó y me hizo sentir aliviado en partes iguales al principio, pero después, me molestó bastante que tomara a Renata del brazo para atraerla hacia él, lo estaba haciendo a propósito, todo para molestarme, pero no caería en su juego, solo era darle la razón a su causa, quería ponerme celoso para confirmar que Renata me gusta, pero las cosas no son así, ella solo... que situación tan más jodida. Me fui antes de que mis ganas de caerle a golpes a mi primo me ganaran, regresé a la oficina para atender algunos pendientes, pero ahora necesito del idiota de Alessandro por desgracia, salgo de la oficina para buscarlo, al llegar a uno de los pasillos logro ver a Alessandro junto con Renata en el jardín, mis ojos se van a su cabello, lo lleva suelto, eso es raro de ver, los rayos del sol se reflejan en él haciéndolo ver tan brillante, el cabello le llega como a la mitad de la espalda, pero mis malditos ojos siguen bajando, me concentro en lo qu
Renata. Me fui a encerrar un rato a mi habitación, esperando que las hormonas alborotadas de Alessandro se controlaran, después bajé para buscarlo, a veces se portaba como idiota, pero era mi única compañía segura y entretenida en este lugar. Comienzo a buscarlo en las diferentes habitaciones, esta casa es aún más grande, al asomarme en una encuentro a Stefan, está recargado en una barra con una bebida a su lado. Me la pienso dos veces para acercarme, en primera porque el recuerdo de lo que pasó en la habitación está tan vivo en mi memoria y me apena, en segundo quizás le moleste que pregunte por Alessandro, sigo con la firme idea que no le gusta que esté cerca de su primo. Me acerco a pasos lentos y cautelosos a donde él se encuentra, está recargado en uno de sus brazos, noto conforme me acerco que tiene bastante tierra en su traje, arrugó la frente, él se incorpora y da un trago a su bebida, es ahí que me doy cuenta de que la manga de su camisa está manchada de sangre. — ¿Stef
Ya pasaron 3 días desde el incidente de Alessandro y Stefan, debo decir que en ese tiempo no los he vuelto a ver juntos.Las pocas veces que me he topado con Stefan se le miraba muy mal, recaído, triste, pero en cuanto se percataba de mi presencia cambiaba el rostro por una cara mal humorada, a veces no tenía ni la fuerza para eso al parecer y simplemente me daba la espalda.Alessandro ha permanecido conmigo todos estos días y debo decir que nuestra relación amistosa ha mejorado mucho, ya no me molesta (tanto) con sus comentarios acosadores, nos la hemos pasado gran parte del tiempo en la biblioteca, resulta que al Casanova le gusta leer, el día de hoy amaneció nublado, el cielo pintado de gris claro que avecinaba tormenta, y así fue, comenzó a llover desde medio día y la lluvia no había cesado, así que el día de hoy estamos en mi habitación, sentados en mi cama con las piernas cruzadas, cada uno con un libro, su segundo libro ya en estos días, cuando yo apenas voy a llegar que la mit
Esto debe ser una broma, un producto de mi imaginación, el agarre de mis manos afloja y la manzana caer rodando por el suelo, el sonido se pierde entre el canto de la tormenta. Me quedo fría en donde estoy, la mano de Stefan acaricia mi abdomen y su rostro está tan cerca de mi oído, baja acariciándome el cuello con la punta de la nariz. Una corriente eléctrica me recorre el cuerpo, los puntos donde su piel se encuentran directamente con la mía arden y vibran bajo su tacto, él inhala mi aroma y suelta un suspiro, su aliento está cargado a alcohol y un toque de menta, combinación que me parece embriagadora. De pronto los labios de Stefan se posan en mi cuello, me llevo la mano a la boca para no gritar, no hacer ningún sonido, aunque lo que quería escapar de mi garganta no era un grito del todo, los labios de Stefan recorren mi cuello desde abajo hasta llegar a la oreja, después vuelve a descender, pero esta vez con su lengua. La calidez del contacto me causa un escalofrío y hace que
El fuerte sonido de un portazo nos hace levantarnos de golpe, entre el silencio de la casa ese sonido hace eco además de que se escuchó cerca, muy cerca. Alessandro abre los ojos poco, yo me froto uno de ellos mientras mantengo un ojo fijo sobre él, en cuánto su mirada enfoca abre mucho los ojos, retrocede con rapidez como si en lugar de estar acostado en ese suave colchón se tratase de brazas ardientes. — ¡Santa mierda! - arrugo la frente ante su reacción.— Un mujeriego que se caga al despertar y darse cuenta de que amaneció con una mujer... ahora lo he visto todo. - Alessandro mira al frente y se encuentra con la ropa tirada que me quité anoche, en ese momento parece caer en algún tipo de pánico, con manos temblorosas y desesperadas realiza una exploración por su cuerpo, para verificar que no le hace falta ni una prenda, incluso en el interior de sus pantalones. — Oye que te pasa, no te hice nada.— ¿Qué haces en mi habitación? - en su voz hay un ligero temblor y un toque de pánic
Stefan Despierto con un fuerte dolor de cabeza, después de tener un sueño de lo más... no tengo idea de que como llamarlo, los rayos del sol me golpean directamente en los ojos, me muevo, pero solo logro terminar en el suelo, es ahí donde me doy cuenta de que me quedé dormido en la sala, no me molesto en levantarme con rapidez me permito quedarme aquí tirado en lo que cierro los ojos y las imágenes de mi sueño me invaden la mente, yo acorralando a Renata en la cocina, besarla... fue tan real que hasta podría decir que tengo la sensación de su boca sobre la mía, estaba decidido a tomarla, a hacerla mía, pero de pronto la culpa como siempre me jugó en contra y la imagen de Marisa se coló en mi memoria, en cuanto dije su nombre se me esfumó de entre las manos como el fantasma que es... Perdí la imagen de Renata por visualizar la de Marisa para que al final terminara evaporándose y yo quedara como idiota con las manos vacías, vaya mierda. Abro los ojos y me levanto, ya no volveré a toma