El fuerte sonido de un portazo nos hace levantarnos de golpe, entre el silencio de la casa ese sonido hace eco además de que se escuchó cerca, muy cerca. Alessandro abre los ojos poco, yo me froto uno de ellos mientras mantengo un ojo fijo sobre él, en cuánto su mirada enfoca abre mucho los ojos, retrocede con rapidez como si en lugar de estar acostado en ese suave colchón se tratase de brazas ardientes. — ¡Santa mierda! - arrugo la frente ante su reacción.— Un mujeriego que se caga al despertar y darse cuenta de que amaneció con una mujer... ahora lo he visto todo. - Alessandro mira al frente y se encuentra con la ropa tirada que me quité anoche, en ese momento parece caer en algún tipo de pánico, con manos temblorosas y desesperadas realiza una exploración por su cuerpo, para verificar que no le hace falta ni una prenda, incluso en el interior de sus pantalones. — Oye que te pasa, no te hice nada.— ¿Qué haces en mi habitación? - en su voz hay un ligero temblor y un toque de pánic
Stefan Despierto con un fuerte dolor de cabeza, después de tener un sueño de lo más... no tengo idea de que como llamarlo, los rayos del sol me golpean directamente en los ojos, me muevo, pero solo logro terminar en el suelo, es ahí donde me doy cuenta de que me quedé dormido en la sala, no me molesto en levantarme con rapidez me permito quedarme aquí tirado en lo que cierro los ojos y las imágenes de mi sueño me invaden la mente, yo acorralando a Renata en la cocina, besarla... fue tan real que hasta podría decir que tengo la sensación de su boca sobre la mía, estaba decidido a tomarla, a hacerla mía, pero de pronto la culpa como siempre me jugó en contra y la imagen de Marisa se coló en mi memoria, en cuanto dije su nombre se me esfumó de entre las manos como el fantasma que es... Perdí la imagen de Renata por visualizar la de Marisa para que al final terminara evaporándose y yo quedara como idiota con las manos vacías, vaya mierda. Abro los ojos y me levanto, ya no volveré a toma
Renata.Después de un día de lluvia hoy se encuentra en cielo muy despejado, como el pasto está aún húmedo y la tierra muy suelta me quedé en una mesa en el exterior justo al lado de la puerta de entrada, tengo el desayuno frente a mí, cuando la empleada se acercó para dejarme el plato me miró y abrió mucho los ojos, fue algo tan fugaz que después se marchó, me frote la cara pensando que quizás tenía algo, lástima que no había un espejo cerca. Me hice una trenza que acomode en mi lado derecho, hace mucho viento el día de hoy. Me encontraba picoteando un pedazo de fruta cuando de repente escucho pasos acercándose, corriendo, después la cabeza de Alessandro se asoma por el marco de la puerta, al verme abre mucho los ojos. — Te estaba buscando.- se escucha ansioso, desesperado hasta podría decir que asustado. — ¿Qué pasó?.- le pregunto algo inquieta, me está asustando su actitud, él se recarga con ambas manos al otro lado de la mesa frente a mí. — Necesito que vengas conmigo y le cuen
Stefan. Permanezco rígido en mi lugar, mientras más habla Alessandro comienzo a sentir un calor cada vez más sofocante, de la vergüenza, jamás me había sentido tan apenado en mi vida, con ganas de morirme si es posible, prefería morir que aguantar esta vergüenza, Renata también parece estar muriendo de pena, no me siento tan exagerado a decir que prefiero morir que enfrentarme a esto, ya que ella estaba más que dispuesta de contraer matrimonio con tal de no afrontar esta situación. Entonces mi sueño no fue un sueño del todo, paso de verdad, en verdad besé a Renata, la acorrale en la barra de la cocina, metí mi mano en su ropa su... mi mirada se va directo a sus senos, trago saliva esto no puede ser verdad, por todo los dioses, ni para emborracharme sirvo. Como siempre que algo tiene que ver con ella, llega el huracán Marisa arrasar con ello y esparcir culpa, pero esta vez pasé el límite, ella está tan avergonzada que no se atreve a mirarme, y yo estoy pensando seriamente en salir
Renata. Fui a dejar los documentos con mi nueva identidad en la habitación, me emocionó tener esos documentos, es el significado de una nueva vida, un nuevo comienzo para el que ahora si me siento un poco más lista y motivada, es solo que... tapar el sol con un dedo no sirve de nada, parte de mi buen humor es por las palabras de Stefan cuando me dio a entender que si estaba pensando en mí al principio y que la mención de su exesposa solo fue el resultado de la voz del remordiendo y la culpa que siempre carga con él. Por lo menos el sentimiento de sentirme usada desapareció, pero dio lugar a las dudas, ¿Yo le gustaré a Stefan?Antes de poder llegar a profundidad en ese tema doblo por uno de los pasillos y miro a Alessandro de espaldas a mí, husmeando en la esquina del otro lado del pasillo, de pronto me siento muy enojada con él, avanzo despacio para que no se dé cuenta de mi presencia hasta que ya estoy muy cerca comienzo a correr, ya es tarde cuando se percata que alguien se acerca
Stefan. Desde hace varios minutos que me quedé parado alejado de la entrada de la biblioteca al ver a Renata, si, la estaba buscando, pero en cuánto la miré buscar con desesperación algo entre el librero me quedé ahí parado con curiosidad. Cuándo logró encontrar los que sea que estaba buscando, se acercó a un sillón y comenzó a pasar con rapidez hoja por hoja hasta que encontró por fin lo que buscaba. Se enfrascó en la lectura mientras yo permanecía a lo lejos, oculto entre la oscuridad observándola con una extraña curiosidad, de pronto su cuerpo se puso rígido, comenzó a verse un tanto más inquieta y su cara parecía estar avergonzada, sonrojada.No tengo idea de que sean esos libros, el gusto por la lectura fue algo que yo no heredé de mi madre a comparación de Alessandro, quién desde la adolescencia comenzó a leer a escondidas los libros de mi madre. Suspiro y comienzo a acercarme a donde se encuentra, aunque fuera tentador no puedo estar todo el rato como un acosador observándola
Renata. Todo esto es un sueño hecho realidad para mí, Armando no iba a fiestas de este tipo, y si es que llegaba a ir yo no estaba incluida, todas las fiestas a las que llegué asistir eran en casa, yo solo salía para visitar a mi familia, desde la muerte de mi madre y hermano esas salidas desaparecieron y me quedé en confinamiento en la casa; pero no quiero seguir recordando cosas tristes, este lugar es mágico. Estamos al final de las escaleras de la entrada de un edificio que tiene pinta de castillo de la realeza, está rodeado por un bello jardín con luces tenues que permite admirar las flores aún bajo la oscuridad de la noche. — ¿Te gusta?.- la voz de Stefan resuena a mi lado, mis ojos se encuentran con los suyos, buena parte de nuestros rostros están ocultos por el antifaz plateado, por un momento se me corta la respiración al verlo, ese antifaz le da un toque de misterio y elegancia a su ya asombrosa presencia, me obligo a concentrarme en su pregunta, claro que me gusta ese lu
StefanNoto a Renata algo tensa, un poco nerviosa, desde lo que pasó hace rato que me ofreció el pastel no me ha mirado a los ojos, me sorprendió cuando me ofreció de su pastel, ella apenada comenzó a buscar otro para dármelo, ni siquiera me la pensé antes de actuar, solo me incliné y tomé el pedazo que ella me estaba ofreciendo, no me interesa si alguien nos miró.— Tendré que irme un momento, tengo asuntos que atender con algunos socios, no te alejes tanto.- me acerco al oído de Renata, se pone rígida un poco, pero asiente, me dedica apenas una mirada y se voltea a enfocarse en su comida. Cuando uno de mis socios que se encuentra en otra mesa se levanta me hace una seña para ir a la mesa con bebidas, me levanto y voy a su encuentro, después llega otro hombre más. — ¿Cuándo será la entrega?.- el hombre me suelta en cuanto me acerco, me inclino para servirme algo. — En dos días, ya tengo la confirmación de la llegada de la mercancía por parte del proveedor, Alessandro se encargará