73. Visita
Los días que siguieron a nuestra colaboración profesional fueron extraños. Habíamos trabajado juntos como si nunca hubiéramos estado separados, como si la dinámica entre nosotros no estuviera cargada de recuerdos y emociones no resueltas. Sin embargo, no podía negar que algo había cambiado. Por primera vez en mucho tiempo, sentía que podía depender de Chasse, al menos en el ámbito profesional.Estaba en casa, sentada en el sofá con una taza de té, mientras Emma jugaba con sus bloques en la alfombra. La televisión estaba encendida, pero apenas prestaba atención. Mi mente volvía una y otra vez al día que pasamos trabajando juntos. La forma en que me había escuchado, respetado mis ideas y, por primera vez, no intentó tomar el control de todo.Suspiré, dejando la taza en la mesa. No podía ignorar que algo en él era diferente. Chasse estaba intentando, no solo con palabras, sino con acciones, y eso era lo que siempre había querido. Pero confiar en él otra vez… ¿podía permitirme bajar la gu
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