VICTORIA Inara solo movía la cola feliz, ambas lo veíamos con orgullo. Las gemelas fueron a abrazar a su compañero, sonriendo, llorando de alegría. —“Oye Inara, ¿qué te hizo Errick cuando te llevó aquella vez?” —“Eso no te importa” —“Me sentí muy rara en esos días, un calor constante me arropaba el cuerpo y solo se calmaba cuando Lucien hacía de las suyas” —“Déjame en paz, no te lo diré” Fruncí el ceño sin decir más, es obvio que no me lo dirá. Me fijé que los ojos del lobo de Santi me veían, una sonrisa enorme se dibujó en mi rostro y salí lo más rápido que pude hacia él. —Bienvenido, espero que te guste tu humano, no tengo nada malo que decir de él. Rodeé mis brazos en su cuello, sintiendo como su nariz me olía, pasando esa punta oscura y húmeda por mi cuello. Se sentía cálido, realmente Santi, más que mi amigo, era como ese hermano que nunca tuve. Aunque tenga dos de sangre, jamás me trataron como tal. Acaricié su pelaje transmitiendo ese mensaje
Leer más