Capítulo:11 Dolor difícil de curar.
"No gracias", respondió con una voz temblorosa, "puede quedarse tranquilo. Rocío se hará cargo de esto". El hombre se acercó, sus dedos rozaron suavemente su rostro pálido y cubierto de heridas. Ella gimió de dolor, pero soportó en silencio. "No, por favor. Duele", suplicó, su voz un tenue lamento. Ella apartó su mano y le dio la espalda, sintiendo una oleada de vergüenza y humillación. El dolor era insoportable, pero no quería verlo ni soportar su mirada de lástima. "Por favor, retírese. Quiero vestirme en privado", dijo, su voz teñida de desesperación. El hombre se volvió y se fue, dejando a la joven sola con su dolor. El sonido de la puerta al cerrarse resonó en sus oídos, y las lágrimas brotaron de sus ojos. Se las limpió rápidamente, no quería que Rocío regresara y la viera tan vulnerable. Lentamente, se limpió el cuerpo. Sacó un vestido rosa pálido y se lo puso, tratando de cubrir las huellas de la brutalidad que había sufrido. Cuando estuvo lista, se recostó en la cama, dem
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