—Señor Drews, tiene una visita —dijo Jareth, de manera despectiva.—¿Quién es? —preguntó Hadriel, con neutralidad.Ya eran casi las siete, pero él se quedaba más tarde, para organizar y revisar todo. Tenía el presentimiento de que era más fácil y corto desde antes de casi chocar con aquella desconocida, porque desde ese entonces, las horas parecían que se hacían más lentas y largas.—Arthur Walker, joven señor —dijo Jareth, con resignación.—Hazlo pasar.Hadriel colgó y cerró su computadora. Con las personas con las que tenía que tratar, Arthur Walker era su contraparte y rival en todos los ámbitos de su vida. Reconocía que era inteligente y capas; sería el número uno, si él no hubiera nacido. Era por eso que Arthur estaba relegado a en segundo lugar en cada una de las actividades que desempeñaran, porque siempre estaría detrás de él. La tensión y la enemistad se podía palpar en el aire, aunque nunca había sucedido ningún altercado mayor entre los dos; siempre estaba pendiente del más
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