Él lo sabía, era en lo único que podía pensar Avery, y aunque se sentía tan avergonzada de que el hombre frente a sí la mirara de aquella forma y conociera la verdadera relación con su hermano, sus palabras calaron muy hondo de sí y se vio preguntándose qué tanto la podía ayudar.¿Realmente él podía ayudarla? ¿Cómo iba a ayudarla si ella había firmado un contrato con Jeray e Ivanna? No podía dejarse convencer tan fácilmente, porque no sabía qué tan sincero estaba siendo el doctor, si sus intenciones eran buenas o, por lo contrario, caería en un infierno mucho peor.—Lo que esa mujer hace es ilegal y Jeray lo sabe, aún así, participa en ese mundo como si fuese un concierto o un partido de fútbol, algo normal como hacer deporte todos los domingos en la mañana —Asier la volvió a tomar de la barbilla y levantó su rostro con lentitud, girándolo un poco para ver su mejilla colorada—. Él nunca debió tocar tu hermosa piel…Avery abrió los ojos de par en par y se alejó de él, saliendo del asom
Leer más