CAPÍTULO 40: "LA ROSA NEGRA"El silencio en el estudio era cortante, tan afilado que cada respiración parecía un estruendo. Enzo permanecía de pie, inmóvil, con la mirada fija en la mujer que jamás pensó volver a ver. Greta estaba allí, tan real como sus recuerdos y, sin embargo, parecía una ilusión. Cassio, sentado en el sofá, tomaba un sorbo de su whisky con parsimonia, como si no notara la tensión que flotaba en el aire. Una sonrisa burlona se asomaba en sus labios, pero no dijo nada, porque conocía bien el mal carácter de su amigo. Por otro lado, Greta esbozó una sonrisa serena, aunque sus ojos estaban fijos en Enzo con determinación.Se aclaró la garganta y rompió el silencio.—¿Esa es la bienvenida que me das, Enzo? —dijo suavemente—. ¿Después de tanto tiempo no te alegras de verme?Él parpadeó, como si despertara de un trance. Su garganta se tensó al intentar responder, pero las palabras no salieron. En su pecho, el viejo eco de un sentimiento olvidado resonaba, aunque lo aplas
Leer más