Felipe lloraba y temblaba, suplicaba e imploraba, sin embargo Maller sonreía al tiempo que dejaba más marcas rojas sobre el delgado y pálido cuerpo del niño bonito, fue entonces cuando Carlos opto por quitar el video, él era un sicario, que muchas veces había gatillado su arma sin dudar, sin remordimientos, sin escrúpulos, pero sin embargo, en este momento no se creía capaz de seguir viendo las torturas a las que ese maldito había sometido a Felipe, se maldijo internamente, por haberlo abandonado meses atrás, por ser un cobarde al cual le peso más salvar su vida que ayudar a ese joven, que se había convertido en todo su mundo. ¿Qué era el amor? ¿Quién imponía las normas? ¿dónde estaba el manual que indicaba el tiempo prudente que uno debe ver o conocer a una persona para amarla? No lo sabía, no le importaba, podía parecer absurdo, ridículo, inverosímil, pero era así, él estaba irremediablemente enamorado de Felipe Zabet, aun sabiendo que estaba prohibido, porque podía ser que ese ni
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