Ryle desvió la mirada, por completo avergonzado de que sus amigos pensasen eso de él, e ignorando todas las señales que daba el cuerpo de Leonidas , apunto de hacer erupción, tan sólo encogió sus hombros. Sin embargo, Leonidas pensaba que los amigos de Ryle , serían una gran molestia. Y Dios, no quería destruir los sentimientos de su precioso omega floreado, al tener que decirle lo imbéciles que éstos eran, y como, por supuesto, se burlaban de su inocencia. (...) — Oh, la pase fabuloso, Leo — declaró el pequeño omega, sonriendo resplandecientemente en dirección al mayor— . Um..., bueno. Siempre que estoy contigo la paso muy bien. Leo sonrió ante las palabras del omega, acarició su mejilla con cariño, y pronto echó un vistazo hacia la casa del omega. Después de unas horas, Joel y Darrel se habían retirado, y Leonidas jamás pudo sentirse tan aliviado como en aquel momento. Ryle se quedó un rato adicional con él, ayudándolo con los pedidos como el día anterior, y divirtiéndose de un
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