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Todos los capítulos de Un hijo para el Alfa: Capítulo 61 - Capítulo 70
73 chapters
Capítulo 62 - La batalla por Stormwood
El aire se siente pesado con la tensión cuando el aullido de advertencia resuena por todo el territorio de Stormwood. Los centinelas en la frontera han dado la señal: la manada rival está aquí. La noticia se esparce como fuego entre los lobos, y en cuestión de minutos, Einar está de pie en el centro del campamento, reuniendo a sus guerreros.—¡Todos a sus posiciones! —ordena, su voz resonando con autoridad—. Nadie cruza la primera línea sin mi señal.A su lado, Caleb permanece inmóvil, con los brazos cruzados y el ceño fruncido. Aunque no forma parte de Stormwood, su experiencia y conocimiento sobre los enemigos que se acercan lo convierten en un aliado crucial.—No van a esperar una invitación —dice Caleb con voz grave—. Ragnar no es de los que pierden el tiempo con advertencias.Einar asiente, observando el horizonte con ojos afilados. Puede sentir la presencia de los invasores incluso antes de verlos. La energía en el aire vibra con el peso de la violencia inminente, y el instinto
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Capítulo 63 - Misión en territorio enemigo
La noche cubre el bosque con su manto oscuro mientras Caleb y su equipo se deslizan entre los árboles con movimientos calculados. Han avanzado varios kilómetros más allá de los límites de Stormwood, adentrándose en territorio enemigo con el objetivo de obtener información crucial sobre los próximos movimientos de Ragnar. Cada paso que dan es un riesgo, pero Caleb sabe que es necesario. Si no descubren qué planea la manada rival, Stormwood podría ser tomada por sorpresa. —Manténganse alerta —murmura Caleb en voz baja, apenas un susurro entre las sombras—. No sabemos cuántos vigías podrían estar patrullando. A su lado, Ethan, un lobo experimentado y antiguo amigo de Einar, asiente con la mandíbula apretada. Detrás de ellos, otros tres guerreros siguen en formación, sus sentidos agudizados para detectar cualquier amenaza. El aire huele a peligro. Avanzan con cautela, manteniéndose en las sombras, hasta que finalmente divisan el campamento enemigo. Es más grande de lo que esperaban.
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Capítulo 64 - La decisión de una madre
La tormenta ruge afuera, el viento azotando las paredes de la cabaña donde Lía se ha refugiado junto a su hijo. El fuego en la chimenea proyecta sombras temblorosas en las paredes, pero nada disipa la inquietud en su pecho. Desde que Caleb regresó con la noticia del plan de Ragnar, el miedo ha sido su única compañía.Einar ha hecho todo lo posible para mantenerlos a salvo. Ha redoblado la vigilancia y reforzado las defensas de la manada, pero Lía sabe que eso no será suficiente. Ragnar no solo busca venganza, sino poder. Y lo más peligroso de todo es que no se detendrá ante nada para conseguirlo.Sostiene a su hijo contra su pecho, acariciando su pequeña cabeza con ternura. Él es la razón por la que todo esto vale la pena. Es su prioridad, su mundo entero. Y si Ragnar cree que podrá usarlo como un arma contra Einar, está equivocado.No puede quedarse de brazos cruzados.El peso de la decisión cae sobre ella como una roca. Si sigue aquí,
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Capítulo 65 - Una misión al borde del fracaso
La luna brilla tenue sobre el bosque mientras Caleb y su equipo avanzan en silencio. El aire es frío y húmedo, impregnado con el aroma de la tierra y el follaje. Cada paso está cuidadosamente calculado, cada movimiento es una coreografía de sigilo y precisión. Están en territorio enemigo, y un solo error podría costarles la vida. —Nos acercamos al límite del campamento —susurra Viktor, uno de los rastreadores más experimentados de Stormwood. Caleb asiente y alza una mano, ordenando al grupo detenerse. Se encuentran en lo alto de una colina, ocultos tras un espeso matorral que les ofrece una vista estratégica del campamento de Ragnar. Desde ahí, pueden ver las hogueras encendidas, las sombras de los guerreros moviéndose entre las tiendas y el centro del campamento, donde se levanta la mayor carpa, seguramente el refugio de Ragnar. —Cinco guardias patrullando el perímetro —murmura Viktor—. Hay más de lo que esperábamos. —Ragnar está preparándose para algo grande —responde Caleb en
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Capítulo 66 - Un riesgo demasiado grande
Lía camina de un lado a otro dentro de la cabaña en la que se encuentra refugiada, con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho. Afuera, el viento aúlla entre los árboles, como si la naturaleza misma tratara de advertirle que lo que está a punto de hacer es una locura.Desde que Caleb regresó con información sobre la manada rival, su angustia no ha hecho más que crecer. Ragnar planea atacar al amanecer, y su hijo es uno de sus principales objetivos. Sabe que Einar y Caleb harán todo lo posible por protegerlos, pero no puede quedarse aquí, escondida, esperando que otros peleen por ella y su hijo. No cuando él está en peligro.Se acerca a la cuna improvisada donde su bebé duerme plácidamente, ajeno a la tormenta que se avecina. Le acaricia la mejilla con suavidad, tratando de memorizar cada detalle de su pequeño rostro.—Voy a mantenerte a salvo —susurra, sintiendo una punzada en el pecho.Sabe que lo más seguro sería quedarse aquí, esperar a que Einar y Caleb se encarguen del probl
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Capítulo 67 - Un sacrificio peligroso
Lía siente la presión en su pecho intensificarse con cada segundo que pasa. Desde la cabaña donde se encuentra refugiada con su hijo, puede escuchar los murmullos inquietos de los guerreros de Stormwood. La tensión en el aire es sofocante, como si el bosque mismo contuviera el aliento ante la inminente tormenta.Einar le ha ordenado permanecer aquí, alejada del conflicto, protegida por varios miembros de la manada. Pero su instinto le dice que quedarse quieta es un error. Las sombras de la noche cubren el terreno, y la luna ilumina tenuemente el bosque que rodea la aldea. Desde la distancia, los aullidos de la manada rival resuenan como un canto de guerra.Lía sostiene a su hijo contra su pecho. Su pequeño duerme, ajeno a la amenaza que se cierne sobre ellos. Su corazón martillea con fuerza en su pecho. No puede seguir esperando. No cuando sabe que la manada enemiga ha venido por venganza. No cuando sabe que su hijo es su objetivo.—No puedes hacer esto, Lía —dice una voz a su lado. E
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Capítulo 68 - La emboscada
Einar corre entre los árboles, su respiración es pesada, pero su paso no se desacelera ni un instante. A su lado, Caleb se mueve con la misma urgencia, sus sentidos en alerta máxima. No hay tiempo para discusiones, no hay espacio para viejas rencillas. Solo hay un objetivo: rescatar a Lía.Desde el momento en que el alfa enemigo se la llevó, un vacío helado se ha instalado en el pecho de Einar. El miedo, un sentimiento que rara vez ha experimentado, lo atormenta con cada segundo que pasa sin ella. Caleb no es diferente. Aunque ha aceptado que Lía no lo eligió, no significa que dejará de luchar por ella. Y ahora, ambos están dispuestos a derribar a cualquiera que se interponga en su camino.—Estamos cerca —susurra Caleb, sus ojos de lobo brillando en la penumbra del bosque.El rastro de Lía es inconfundible. Su aroma dulce y familiar persiste en el aire, mezclado con el hedor de la manada rival. Pero algo no encaja.Einar se detiene abruptamente, extendiendo un brazo para frenar a Cale
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Capítulo 69 - La estrategia de Lía
La cabaña es oscura y húmeda, con un aire rancio que le revuelve el estómago. Sus muñecas están atadas con una soga gruesa, lo suficientemente fuerte como para impedirle moverse con libertad, pero no lo bastante para que no pueda idear una forma de escapar. Lía observa a los dos guardias que la vigilan. Hombres fornidos, con cicatrices en los brazos y expresiones endurecidas por la guerra. No la subestiman, y eso le dice que han escuchado historias sobre ella.Perfecto.Si creen que es peligrosa, quizás pueda usar eso a su favor.Desde que la trajeron a este lugar, ha prestado atención a cada detalle: los movimientos de los guardias, el sonido de sus pasos, el intervalo de tiempo en el que cambian de turno. No puede pelear físicamente contra ellos, pero aún tiene su mente, y en este momento, es su mejor arma.Finge respirar con dificultad, como si el miedo la estuviera consumiendo.—¿Qué es lo que quieren de mí? —pregunta con voz temblorosa.Uno de los guardias se ríe con burla.—¿De
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Capítulo 70 – El duelo del alfa
El aire se siente espeso, cargado de tensión y peligro. El campamento enemigo está rodeado por sombras que acechan entre los árboles, listas para desatar el caos. El olor de la sangre y el sudor impregna el ambiente, pero nada de eso distrae a Einar. Su mirada está fija en Magnus, el alfa rival que lo ha desafiado y que tiene a Lía y a su hijo como rehenes.El fuego ilumina sus rostros, proyectando sombras feroces en el suelo. Magnus se pasea con confianza, los labios curvados en una sonrisa burlona.—Debo admitir que tienes agallas, Stormwood —se burla, cruzándose de brazos—. Pero no eres invencible. ¿Cuánto estás dispuesto a perder esta noche?Einar no responde. No hay necesidad de palabras. Sus ojos, oscuros y afilados como el acero, lo dicen todo. No está aquí para negociar. Está aquí para ganar.Desde la distancia, Lía observa con el corazón desbocado. Está atada, pero su mente no deja de calcular posibles maneras de liberarse. Sabe que Einar es fuerte, pero Magnus no es un opone
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Capítulo 71 – La verdad oculta
El campo de batalla aún huele a sangre y humo. La manada de Stormwood se mueve entre los cuerpos de los enemigos caídos, asegurándose de que la victoria sea definitiva. Aunque la pelea ha terminado, Lía no puede ignorar la sensación de inquietud que la invade. Algo en el aire no se siente del todo bien.Einar y Caleb dan órdenes a sus guerreros para reforzar las fronteras. La seguridad del territorio es la prioridad, pero Lía tiene la mirada fija en un prisionero que han capturado: un hombre de complexión fuerte, con el cabello oscuro y los ojos de un tono dorado similar al suyo. Hay algo en él que le resulta extrañamente familiar.El prisionero está de rodillas, con las manos atadas a la espalda. Sus ropas están rasgadas y tiene una herida en la ceja, pero su expresión no refleja miedo, sino curiosidad. Cuando sus ojos se encuentran con los de Lía, ella siente un escalofrío recorrerle la espalda.—Tienes los ojos de mi madre —murmura el hombre, con una voz áspera.Lía frunce el ceño
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