Capítulo 20. Despertar y Revelaciones.
Por su parte, después de casi una semana, Lisandro despertó lentamente, sintiendo una incomodidad que le recorría todo el cuerpo. La luz del día entraba a raudales por la ventana, y el sonido de máquinas y murmullos le resultaron extraños. Se giró poco a poco, esperando ver a su esposa a su lado, pero en su lugar encontró a su madre, con una expresión de preocupación en el rostro.Apretó los ojos con fuerza, tratando de despejar la confusión que lo envolvía, tenía la mente un poco embotada.—¿Dónde… estoy? ¿Y mi… esposa? —balbuceó, su voz rasposa y llena de desasosiego por el tiempo que había durado inconsciente, sin hablar.Su madre se quedó en silencio por unos momentos, como si las palabras se le atascaran en la garganta, aunque la verdad es que ella estaba pensando en una historia creíble para contarle a su hijo. Finalmente, respiró hondo y respondió. —Te trajimos a una clínica especializada donde están tratando tu enfermedad... y en cuanto a tu esposa, creo que no es momento p
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