ARIAUna inquietud inesperada me alcanzó a medida que nos acercábamos a la entrada del territorio de Luna Menguante.Los centinelas, de pie en sus puestos estratégicos, nos miraron con desconfianza tan pronto como nos vieron. Sabíamos que no seríamos bien recibidos, pero aún así, sentí un escalofrío recorrerme la espalda.Uno de los centinelas levantó la mano y, con un gesto autoritario, nos indicó que nos detuviéramos. No tardó en sacar su comunicador, y pude escuchar a lo lejos cómo llamaba a su superior, informando de nuestra llegada. La tensión aumentó en el aire y, aunque Jasper y Jiro se mantenían en silencio, podía notar su incomodidad. A mí, sin embargo, me invadió una mezcla de ansiedad y preocupación.A medida que avanzábamos por lo que antes era mi territorio, Jasper y Jiro no podían evitar mirar constantemente a su alrededor, nerviosos. Yo también lo sentía, esa extraña sensación de que alguien nos estaba siguiendo. —Parece que no les gusta nuestra visita sorpresa —murmu
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