Más tarde, desde la Torre Lennox, James miraba su móvil sobre la mesa, calculando si debía hacer esa llamada, o no.Hacía casi semana y media del incidente de Mikel y sabía de buena fuente que él ya estaba en casa, así que, era hora de ajustar cuentas.Antes no habría sido apropiado, pero ahora no podía perder más tiempo, así que, tragando grueso y respirando profundo, y a pesar de lo que Mikel le inspiraba, que no era en nada bueno, intentó dejar de lado sus sentimientos y marcó su número.— ¿James?— Mikel, sí, soy yo… quería saber cómo sigue tu salud… — Dijo buscando la manera de sonar natural.— Pues, estoy mejorando, gracias — intentando ser cortés.— Eso es bueno, ya pronto volverás al negocio.— Eso espero, ¿En qué te puedo ayudar? — Mikel no dejó dilatar la conversación. James no era hombre de cortesías gratuitas, había una razón para esa llamada, así que mejor que la soltara de una vez, no había razón para retrasar lo inevitable. Seguramente iba a darle la fecha límite para p
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